El colectivo
Errekaren Lagunak califica de
un «duro golpe»
la aparición de un
buen número de
truchas muertas en el
Urola
Otra vez más
aparecen gran cantidad de
peces, sobre todo truchas,
muertas en el río
Urola, según el
informe de calidad de aguas
de Diputación, que
nos avisan que nuestro
río presenta una
calidad biológica de
moderada a deficiente en el
tramo comprendido entre
Legazpi y Aizpurutxo, siendo
predominante este
último. Esta
situación está
en relación con la
existencia de vertidos
directos al cauce que impiden
una mayor
recuperación de
éste.
Resulta llamativo
durante al menos los
días transcurridos
desde el viernes, la presencia
de truchas, en buen
número, flotando
muertas en el lecho del
río Urola a su paso
por el casco urbano. Muchas
son las llamadas y avisos
que hemos tenido dando
cuenta del suceso, lo que
demuestra el alto grado de
sensibilidad existente en
amplios sectores de la
población al respecto.
Puestos en contacto con
representantes del colectivo
Errekaren Lagunak, que
impulsan desde hace
años la limpieza
periódica del lecho
del río Urola en su
tramo urbano por Urretxu y
Zumarraga, hemos detectado
un grado alto de
preocupación.
«Para los que
tenemos conciencia -explican
desde el colectivo- de que el
agua es la fuente de toda
vida y luchamos por la
recuperación,
trabajamos en la
divulgación y
concienciación sobre
la importancia de la
conservación de
nuestro entorno, es un duro
golpe, sin duda, estamos
cansados de denunciar este
tipo de abusos, e indignados
al mismo tiempo, pues todos
nuestros esfuerzos a nivel
local solo pueden llegar hasta
ahí y sin la ayuda e
implicación de las
instituciones no podemos
hacer más. La
respuesta siempre es la
misma, es muy difícil
saber quiénes son las
empresas infractoras… las
aguas están
canalizadas… ¿De
verdad, o es que falta una
voluntad política para
ello?»
Además desde
este colectivo reconocen que
«pese a la gran
mejoría de río
Urola en los últimos
años, y veamos por
fin peces y fauna en el este,
no está recuperado,
uno de los mayores
problemas ambientales que
tiene sobre todo en Urretxu y
Zumarraga, es la gran
cantidad de ortofosfatos
(jabones) que contiene, estos
generan enormes
proporciones de nutrientes
(nitrógeno) que
hacen crecer enormemente la
flora fluvial, sobre todo algas
(eutrofización) y su
efecto es que restan gran
cantidad de oxígeno
al agua, empeorando
así enormemente la
calidad de ésta. Si a
este problema
endógeno de nuestras
localidades sumamos los
vertidos que se hacen, sobre
todo cuando sube el nivel de
las aguas, tenemos un
cultivo perfecto para que
estas cosas sigan sucediendo.
Por ello exigimos a los
ayuntamientos de ambos
pueblos hagan pública
la gestión y
resultados de lo acontecido,
que se depuren
responsabilidades, que se
tomen medidas eficaces para
el control de estas
situaciones y sanciones para
los infractores, y por
supuesto un mayor
compromiso e
implicación para la
protección del medio
ambiente en nuestro
entorno».
Desde Errekaren
Lagunak se pedía
ayer «a quienes hagan
los vertidos, un poco de
sentido común y
respeto, y que si no lo hacen
por ellos que piensen un poco
en sus hijos y en el legado
que les están
dejando».
Delito
ecológico
Lo cierto es que en la
actualidad las instituciones
han venido trabajando en la
sensibilización de la
sociedad, y por lo que
parece, aún queda
mucho camino que recorrer y
cada vez nos queda menos
tiempo. Es de suponer que
cada vez que se produce un
ataque ecológico al
río y la vida que hay
en ella intenta desarrollarse,
sigue quedando la
sensación de que este
tipo de delitos contra el
Medio Ambiente, son
perfectamente asumibles por
quienes están
dispuestos a seguir con esas
prácticas
incívicas. Vamos, que
les está saliendo
barato. La Naturaleza de por
sí está ya
tocada con el devenir diario
de la actividad social, como
para dejar que acciones como
éstas se queden en
un informe dentro de una
carpeta.