Un vecino de San Sebastián, aficionado a la cría de palomas, ha sido condenado a una pena de 6 meses de cárcel, que se sustituirá por una multa, y a no poder cazar durante tres años, al ser culpable de matar de un disparo a una hembra de halcón peregrino, que es una especie protegida.
La sentencia, que se ha impuesto por conformidad del acusado, ha establecido una pena de 6 meses de cárcel que se sustituye por una multa de 12 meses a razón de 10 euros al día. Además, el condenado deberá indemnizar a la Diputación de Gipuzkoa con 3.606 y no podrá ejercer ninguna profesión relacionada con la fauna durante tres años. La pena impone al acusado también una inhabilitación especial para cazar en los próximos tres años.
Los hechos tuvieron lugar sobre las 19.45 horas del 20 de mayo de 2014, cuando dos personas que paseaban por una zona residencial de las afueras de San Sebastián dieron aviso a la Policía de que habían presenciado «cómo una persona había disparado a un ave desde el terreno vallado de su casa».
«Escucharon un disparo»
En su declaración ante la Policía, estos testigos explicaron que habían visto volar a una treintena de palomas junto a una vivienda familiar y que «segundos después escucharon un disparo que provenía del terreno de la casa» y observaron a un varón «con una escopeta», y que un ave caía al suelo.
El atestado policial explica que cuatro agentes acudieron al lugar, dos de los cuales se quedaron con los testigos y otros dos se dirigieron a la vivienda del presunto autor del disparo, quien se mostró «nervioso», «negó los hechos» y reprochó a los policías que les responsabilizara de haber matado «un gavilán», cuando los funcionarios «en ningún momento» le habían mencionado que se tratara de esta rapaz, lo que hizo que el hombre se mostrara aún «mucho más nervioso».
Los policías se sorprendieron por el hecho de que una «gran cantidad de palomas» sobrevolaran continuamente la casa, por lo que el hombre les informó de que era aficionado a la cría y adiestramiento de palomas mensajeras.
Días más tarde, en una nueva declaración en dependencias policiales, este hombre concretó que su afición a la colombofilia «le supone mucho dinero, ya que cada paloma mensajera cuenta con un certificado de pedigrí y el coste oscila entre los 500 y los 12.000 euros».
Aclaró también que «cada año suele tener una pérdida de unas 30 o 50 palomas» a causa «de las rapaces» y que había «intentado solucionar este problema comprando una estatua de un búho real, que las ahuyenta».
El hombre concretó que el día de los hechos una rapaz hizo «varios intentos de cazar a sus palomas» que «atemorizadas» se golpearon contra la cristalera del salón y cuatro de ellas murieron, por lo que tomó una de sus escopetas y disparó «al aire» para «ahuyentar» al halcón tras lo que «observó que la rapaz caía al suelo y que accidentalmente la había herido».
El aficionado a la colombofilia sostuvo que «en ningún momento realizó el disparo con intención de matar al ave» y dijo que negó lo ocurrido ante los policías que acudieron a su casa porque tenía «muchos nervios».
En su calificación, la Fiscalía, que le acusaba de un delito contra la fauna, había solicitado una pena de un año de prisión, además de las dos medidas de inhabilitación que se han contemplado en la sentencia, mientras que la asociación ornitológica Itsas Enara, que ejercía la acción popular, había solicitado una condena de dos años de cárcel y la prohibición de cazar durante cuatro años.
Cargando...