El estudio calcula que hay entre 1.850 y 2.800 ejemplares en nuestro país. La ONC reclama al Gobierno una apuesta decidida por la gestión sostenible de una especie que en los últimos tiempos está causando graves daños al sector agroganadero en algunas zonas.
La situación de la población del lobo en España es “favorable” y tiene “tendencia al aumento” a medio y largo plazo. Así lo señala el informe del Centro Temático Europeo sobre la Diversidad Biológica (EIONET) elaborado en virtud de la Directiva de Hábitats de la UE para el periodo 2007-2012. En concreto, ese documento señala que en el conjunto de España habría al menos 1.850 ejemplares de lobo, una cantidad que podría alcanzar los 2.800.
Ese documento señala como “favorable” tanto la evaluación del hábitat como de la población de lobo y sus perspectivas de futuro, al tiempo que señala que la tendencia es de “aumento”. El único ‘punto negro’ lo encuentra EIONET en Sierra Morena, donde habla de grandes dificultades. Sobre los principales problemas de la población del lobo, este informe europeo alude principalmente a “la falta general de apoyo social” por los conflictos en la convivencia entre el hombre y esta especie.
Estos datos van en la misma línea que el censo nacional de esta especie presentado hace unos días por el Grupo de Trabajo del Lobo. Unos datos que hablan de un aumento de un 18% de las manadas de lobo desde 2012 y una presencia en 91.620 kilómetros cuadrados, el 18,32% de la superficie del país.
MEDIDAS PARA UNA GESTIÓN SOSTENIBLE
Ante esta situación, y dado el aumento de los ataques del lobo al ganado en zonas como Castilla y León (donde la Administración regional destina cada año 350.000 euros a las indemnizaciones por este motivo y donde, sólo en Salamanca, los ataques de lobo han aumentado más de un 80% en cinco años), Cantabria y País Vasco, es necesario una estrategia global coordinada desde el Gobierno central.
En este sentido, la Oficina Nacional de la Caza, la Conservación y el Desarrollo Rural (ONC) apuesta por una gestión sostenible que permita conjugar la conservación de una especie tan señera como el lobo ibérico con los intereses de otros sectores. Una gestión sostenible en la que el sector cinegético debe, necesariamente, tener un papel decisivo una vez que hablamos de una especie sin depredadores naturales. Algo que ya se está llevando a cabo con gran éxito –como demuestran los datos—en Castilla y León.
De esta forma, resulta imprescindible diseñar cuanto antes esta estrategia coordinada de gestión sostenible en todo el territorio nacional para evitar los terribles efectos que la sobreprotección descontrolada puede tener sobre la población del lobo. No sólo en términos de población (en Portugal esa política ha llevado a una disminución de la población de lobo), sino también en algo tan importante para el futuro de una especie como el apoyo social, un riesgo que ya señala el informe de EIONET.