«Nos va a hundir», asegura el presidente de la Federación guipuzcoana sobre el fallo que prohíbe la captura y venta de la trucha arcoíris y otras especies.
Una reciente sentencia del Tribunal Supremo obliga a volver a declarar la trucha arcoíris, la carpa, el cangrejo rojo y el alga wakame como especies invasoras. La resolución ha puesto en pie de guerra a la pesca deportiva de todo el Estado, incluyendo a la guipuzcoana, por las funestas consecuencias económicas que acarrearía al sector.
El fallo, que ha sido recurrido ante el Constitucional, acepta parcialmente el recurso de CODA-Ecologistas en Acción, la Sociedad Española de Ornitología y la Asociación para el Estudio y Mejora de los Salmónidos. Anula, en concreto, el Real Decreto 630/2013 que regula el catálogo español de Especies Exóticas Invasoras y que dejaba fuera a la trucha arcoíris (Onchorryncus mykiss), la carpa, el cangrejo rojo americano (Procambarus clarkii) y el alga wakame.
Que estas especies hayan sido incluidas en este catálogo conlleva «la prohibición genérica de posesión, transporte, tráfico y comercio de ejemplares vivos o muertos, incluyendo el comercio exterior». Según explican expertos, la resolución se basa en distintos informes, algunos de ellos de científicos del CSIC, que detallan el carácter invasor y la amenaza grave de estas especies para el medio ambiente.
La sentencia amenaza a la pesca guipuzcoana, a los aficionados y a los propios consumidores. «Si se ejecuta, la gente no va a poder ir a la pescadería a comprar truchas porque solo van a quedar las autóctonas, e imagínate cómo va a afectar al turismo pesquero, las piscifactorías, las tiendas del sector…», explica Martín Lasa, el presidente de la Federación guipuzcoana de pesca.
El fallo ha indignado al sector. «Es que es absurdo. Son especies que llevan conviviendo con nosotros miles de años. Tanto es así que las carpas las trajeron los romanos», apunta el presidente.
Sobre cómo podría afectar la ejecución de esta sentencia al sector en Gipuzkoa, Lasa lo tiene claro: «Nos van a hundir. Empezando por los tres trabajadores que tenemos en la Federación (dos guardas y una secretaria), ya que las actividades se van a ver reducidas en más de un 60 o 70 por ciento. Si no vamos a poder repoblar los ríos ni organizar campeonatos…». «Y lo mismo ocurre con comercios y piscifactorías, que pueden terminar cerrando en algunos casos-añade-. No se dan cuenta de los millones de euros que generan los pescadores».
Un ejemplo de esta afirmación es el volumen de negocio que mueve el cangrejo rojo americano en Sevilla. Ya sea trabajando en viveros o pescando este crustáceo en las marismas del Guadalquivir, se calcula que esta actividad deja al año más de 150.000 jornales y alrededor de 20 millones de euros. Si la sentencia acaba siendo firme, será la ruina para municipios como Isla Mayor.
Por todo ello, desde todos los estamentos afectados se planea una movilización a gran escala. «De momento no nada concreto, pero lo que está claro es que no nos vamos a quedar con los brazos cruzados», concluye Lasa.
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