Con toda probabilidad, el que organizó en 1909 el entonces expresidente norteamericano Theodore Roosevelt, apasionado de la naturaleza y la caza. Roosevelt partió hacia África apenas dos meses después de dejar la presidencia, y regresó un año después con 11.397 animales muertos o capturados. Decidió que su viaje no fuera solo cinegético, sino que también le otorgó una finalidad científica:recolectar especímenes para el Instituto Smithsonian de Washington y otros museos.
La expedición recorrió Kenia, el Congo Belga –hoy República Democrática del Congo–, Uganda y siguió el Nilo hasta Sudán. Fue financiada por el millonario Andrew Carnegie y los ingresos que consiguió el exmandatario con sus artículos.