La Comisión de Seguimiento del Proyecto europeo Life para la recuperación y conservación del lobo ibérico en Andalucía se constituyó la semana pasada en Sevilla. Al acto de constitución acudió el consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, José Fiscal.
En este proyecto, coordinado por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de Andalucia, participan también WWF- España, la Federación Andaluza de Caza (FAC), la Asociación de Propietarios Rurales, Productores de Caza y Conservadores del Medio Natural de Andalucía (Aproca), la Asociación empresarial de criadores y titulares de cotos de caza de Andalucía (Ateca), la Asociación de Pastores por el Monte Mediterráneo (APMM), la Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía, y la Sociedad Cooperativa Ganadera del Valle de los Pedroches (COVAP), con su apoyo financiero.
Con este proyecto, financiado con fondos europeos y que se ejecutará hasta el 30 de junio de 2020, se pretende mejorar la coexistencia del lobo con las poblaciones rurales y con los colectivos cinegético y ganadero y evitar su extinción.
El Lobo (Canis lupus signatus) es históricamente una de las especies más representativas de las sierras de Andalucía. El I Programa de seguimiento y conservación del lobo desarrollado por la Consejería desde 2003 ha tenido como objetivo principal conocer la distribución del lobo ibérico en Andalucía, obtener datos acerca de su dinámica de población, indemnizar los daños al ganado, reducir los conflictos con la población local, y en general asegurar la supervivencia de la especie favoreciendo su expansión por las zonas más favorables y menos conflictivas.
Esta especie está incluida en el Listado Andaluz de Especies Silvestres en Régimen de Proteccion Especial.
El lobo se distribuyó hasta el inicio del siglo XX por casi toda la Península Ibérica, debido a un hábitat casi inalterado y gracias a la utilización de técnicas rudimentarias para su captura. Estas condiciones naturales del hábitat han ido cambiado en el transcurso del siglo XX hasta nuestros días, en gran parte se ha producido, por una serie de transformaciones ligadas al desarrollo económico.
En Andalucía se han mantenido casi inalteradas muchas zonas. Normalmente son zonas marginales donde tradicionalmente la accesibilidad para el hombre ha sido difícil y de bajo interés para la agricultura. También hay que añadir la existencia de grandes extensiones de propiedad privada, que han sido dedicadas esencialmente a la caza mayor, hecho que directamente ayudó a conservar el hábitat del lobo y por tanto a la especie.