La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan) trabaja, junto al Ministerio de Sanidad, en la redacción de un Real Decreto que regulará y flexibilizará la venta directa por parte de los propios productores de alimentos de origen animal al consumidor final.
El Real Decreto, del que se ha publicado este mes una nueva revisión del borrador, persigue equiparar la legislación española a la de otros países europeos y favorecer el desarrollo del medio rural y los canales cortos de distribución. De hecho, facilitará que los productores pongan parte de sus alimentos en la mesa de sus vecinos sin tener que pasar por las grandes cadenas de distribución. Eso sí, ateniéndose a una serie de requisitos que permitan garantizar las exigencias en materia sanitaria y de higiene que fijan los reglamentos europeos.
Con el objetivo de potenciar «un nuevo sistema de comercialización más próximo a las zonas de producción», la nueva regulación nacional fijará unas condiciones más flexibles que permitirán comercializar pequeñas cantidades de este tipo de productos primarios tanto al consumidor final como a establecimientos locales de venta al por menor.
Aves de corral, liebres y conejos
Para empezar, se permitirá por primera vez, aunque bajo ciertas condiciones, la comercialización de carne procedente de aves de corral y lagomorfos (conejos o liebres) sacrificados en pequeñas explotaciones. Carne que por ahora solo puede destinarse al autoconsumo ya que todos los animales deben pasar por mataderos autorizados -a excepción de las aves destinadas a la producción de foie-gras-. Esta exigencia, vigente a día de hoy, dificulta a los pequeños productores rentabilizar sus explotaciones. Sin embargo, de aprobarse el texto, se podrá autorizar la venta directa a los vecinos de carne procedente de pequeñas granjas de conejos y liebres, de codornices y/o perdices, y de pollos que utilicen un sistema de cría ecológica, campera o en libertad.
Carne de caza
Se permitirá además, aunque solo «en casos excepcionales y debidamente justificados», que los cazadores vendan directamente a sus vecinos o a las carnicerías de sus municipios pequeñas cantidades de carne fresca de caza mayor silvestre. De todas formas, para este tipo de venta directa de carne, la comunidad autónoma tendrá que establecer un sistema que permita asegurar antes su control sanitario que además, en caso de tratarse de especies sensibles a la triquina, deberá incluir un análisis de detección de esta enfermedad.
Lo que sí permitirá fácilmente la nueva regulación a los cazadores que hayan recibido una formación previa en sanidad animal (que habrá que especificar y desarrollar) es hacer ellos mismos una revisión inicial de las piezas abatidas y entregarlas directamente en los establecimientos de manipulación de caza para su control veterinario.
Ojala se aplique de un amanera rápida en Euskadi. Es necesario y justo. Yo no creo que perjudique para nada a la caza ni a nadie
Espero que no. Soy cazador y puede ser un problema muy parecido al que ya existe con los hongos en muchos pueblos de Castilla y León.Si ya de normal con descastes innecesarios muchas veces y demás problemas asociados a la explotacion del campo, el clima….disminuyen y mucho las poblaciones cinegeticas, como sea posible comercializar la carne arrasaran con los pequeños cotos. Ojalá me equivoque