La necesidad de dotar de al mejor compañero del cazador de la preparación adecuada, resulta imprescindible para disfrutar de la caza y evitar disgustos
Entre los preparativos y los requisitos que los cazadores deben tener presentes de cara a la próxima media veda, se incluyen los cuidados, formación y atenciones que requiere el fiel compañero del cazador: el perro. Además de estar en buena forma física, es necesario proporcionarle cuidados y atenciones específicas y adiestrarlo correctamente.
Una de las cuestiones fundamentales para que los perros puedan desarrollar su labor con garantías a temperaturas que superan los 30 o los 35 grados, es la de que disponer de una buena forma física. Para ello es necesario “que el perro esté acostumbrado a hacer ejercicio” para lo que necesario entrenarlo en espacios abiertos, con la finalidad de “evitar que el exceso de temperatura y la pasión que pone el perro en su tarea le provoque un golpe de calor”, según señala el adiestrador Víctor Martínez Esandi.
Otro aspecto a tener en cuenta, tan importante o más que la preparación física, es el referente a las habilidades con las que cuenta el perro antes de ir a cazar. “Es necesario que los problemas se solucionen con anterioridad al momento de la caza porque es un error pensar que se van a resolver en ese momento. A cazar hay que ir con los problemas superados”, subraya Esandi.
Cuestiones como el cobro, la muestra, el patrón o la distancia son aspectos que deben ser identificados y subsanados con anterioridad. Para ello es necesario trabajar y desarrollar esa labor “con conocimiento, con paciencia y con constancia. En el mundo del perro nada se consigue porque sí, ni de hoy para mañana. Los logros llegan a base de trabajo”, señala el adiestrador navarro.
La media veda de la codorniz suele ser aprovechada por los cazadores vascos para iniciar a los perros en la caza, como ‘entrenamiento’ para afrontar la temporada de la becada. En ese caso Esandi aconseja “que los perros jóvenes que todavía no se han iniciado en la caza, estén habituados a los tiros porque en caso contrario pueden acabar cogiendo miedo”.
Además de los preparativos anteriores, existen otro buen número de cuidados que el cazador debe tener presentes durante la jornada de caza. Dar al perro agua en abundancia tras hora y media de caza, cuando está deshidratado, es un error porque puede producirle una torsión de estómago que en 24 horas puede provocarle la muerte.
La correcta hidratación del perro pasa por proporcionarle agua antes de iniciar la jornada de caza y darle un poco más cada 20 minutos”, destaca el adiestrador. Además, existen productos isotónicos específicos que pueden añadirse al agua y que aportan sales, minerales, azúcares para ayudar a mantener la hidratación que le permita estar en buen estado físico.
Un error que no se debe cometer es el de dejar al perro en el coche cuando los cazadores van a almorzar tras una jornada de caza. Ante a las altas temperaturas que puede alcanzar el vehículo, Esandi recuerda la necesidad de proporcionar al perro sombra y aire. Además, disponer de un botiquín que cuente con algún tipo de vasodilatador que permita ganar tiempo ante la picadura de una víbora, por las arañas u otro tipo de contingencias es otro de los aspectos que no puede olvidar el aficionado.
Este tipo de cuidados y la preparación que requieren los perros para la temporada de caza pueden ser adquiridos a través de los seminarios de fin de semana que los adiestradores Esandi y Barroso imparten entre los meses de enero y junio a lo largo de toda la geografía peninsular.
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