Los cazadores castellanomanchegos han asegurado hoy que la Ley de Bienestar Animal supone un ataque frontal a la caza y el mundo rural y pone de manifiesto que el Gobierno regional se ha puesto de rodillas ante el sector animalista más radical de la región.
La Federación de Caza de Castilla-La Mancha, en un comunicado de prensa, ha anunciado que le ha presentado un documento al Gobierno regional en el que han presentado sus alegaciones a este texto.
El presidente de la Federación de Caza de Castilla-La Mancha, Agustín Rabadán, ha apuntado que en estas alegaciones se contemplan los principales puntos de esta ley con los que los cazadores de la región “no están de acuerdo y consideran inasumible”.
Rabadán ha señalado que estos puntos necesitan de “una profunda revisión” y así, ha señalado, se lo ha hecho ver los responsables de la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de la Junta de Comunidades.
Para los cazadores es un “disparate” que esta ley no excluya de su aplicación a animales que participan en las actividades cinegéticas y sufren riesgo de ser heridos como son los perros o hurones.
La ley, han apuntado, también incluye obligaciones de nuevo cuño como es el caso de “educar y socializar a los animales de compañía” o de “facilitar a los animales oportunidades para que desarrollen sus características etológicas”, conceptos y obligaciones todas ellas ambiguas e indeterminadas.
La redacción del anteproyecto, ha recordado el presidente de la Federación de Caza, también pone en jaque el control de perros y gatos asilvestrados por las guarderías y titulares de cotos.
La abundancia de perros y gatos asilvestrados en el medio natural supone una pérdida de biodiversidad y la afección de numerosas especies de mamíferos y de aves .
Las limitaciones generales y las concretas establecidas en el anteproyecto chocan con las previsiones de la legislación cinegética y lo que genera una gran inseguridad jurídica con consecuencias indeseables, como las posibles imputaciones por maltrato animal
En el caso de las rehalas, ha recordado, “se establece una prohibición novedosa e inasumible por sus titulares de rehala como es la obligación de esterilizar los perros y se olvida la necesidad de cría de cachorros para reposición de la propia rehala.
Aunque no hay una prohibición expresa, de la redacción de la norma, ha indicado el presidente de los cazadores castellanomanchegos, se intuye una prohibición implícita del tiro al pichón y modalidades análogas, modalidades todas con raigambre en la región, en el país y reconocidas internacionalmente.
Agustín Rabadán ha apuntado que la norma contiene además otras cuestiones con la que los cazadores están en desacuerdo, como el hecho de que se endurezcan los requisitos para la tenencia de un núcleo zoológico, el hecho de que las infracciones se multipliquen o que los sus plazos de prescripción también aumente desorbitadamente.
Finalmente, ha recordado que la Ley de Bienestar Animal no sólo afecta al mundo de la caza, también al del toro, el caballo, los galgos y la cetrería, por lo que, ha animado al resto de colectivos a presentar también alegaciones a este texto.