Contrariamente a lo que piensan muchos urbanitas el cazador del siglo 21 no se dedica solo a cazar lo que les indican los técnicos que regulan sus Planes de Ordenación Cinegética, sino que gran parte del año trabajan en la mejora del medio ambiente de sus cotos, instalando bebederos, haciendo cortafuegos, plantando zonas ecológicas para alimento y refugio de las especies cinegéticas y protegidas, y lo que sea de interés para la mejora y mantenimiento del hábitat.
Hoy vamos a hacer referencia a una gran actuación que ha realizado la Asociación de Cazadores de Cáseda, la cual con el apoyo de su Ayuntamiento, de Adecana y de los técnicos que le asesoran de Aran Servicios Medioambientales han conseguido sacar adelante un interesante proyecto gracias al cual han conseguido recuperar un antiguo humedal desecado que estaba apoderado de maleza sin utilización alguna.
La parcela que fue objeto de actuación está ubicada en el término de Cáseda, tiene una superficie de 16.295,99 m2 y es propiedad del Ayuntamiento de Cáseda. Ha sido cedida por el mismo a la Sociedad de Cazadores de Cáseda para su recuperación como humedal activo para el mantenimiento de la biodiversidad dependiente del medio acuático, así como para su utilización como recurso hídrico para el resto de la fauna presente en el territorio.
Esta loable actuación en la que se muestra la cara conservacionista del colectivo cinegético que muchos no conocen va a ser muy importante para la conservación de la biodiversidad a escala local, ya que va a poder ser utilizada tanto como refugio, como lugar de reproducción/nidificación para mamíferos, aves y anfibios, así como abrevadero natural para gran cantidad de especies esteparias que habitan en el término municipal.
Para ello, con una inversión de 15.786 euros, 9.000 abonados por el consistorio y 6.786 € por los cazadores que también aportaron mano de obra, y tras la limpieza de la vegetación ruderal que ocupaba la parcela se efectuó una ligera excavación con maquinaria pesada para crear tres vasos de embalse que se llenaron a través de una entrada que permite el paso de agua desde la canalización de riego ya establecida en la zona y que por gravedad va ocupando los diferentes niveles del terreno. Estas tres lagunas en bancal están comunicadas entre sí, de manera que cada una desagua en la siguiente creando un flujo hídrico permanente. Entre ellas, y a modo de separación, se crearon unas pequeñas motas longitudinales con vegetación natural de porte bajo de forma que favorezca el asentamiento de la fauna. En todas las balsas, la profundidad no sobrepasa los 100 cm rematando los taludes de cierre con orillas accesibles tanto para personas como animales. En cada una de las tres balsas se han construido unas isletas de tierra que ya han empezado a albergar vida animal y vegetal.
Para su diseño han contado con el asesoramiento de ARAN NAVARRA SERVICIOS MEDIOAMBIENTALES y su construcción corrió a cargo de Excavaciones Bariain, que con su experiencia y buen hacer en actuaciones similares logró unos resultados magníficos, contando con el apoyo de ADECANA que desde el principio apoyó esta importante mejora medioambiental en la zona.
En la parte oeste han habilitado una extensa parcela en la que se plantaron nogales y fresnos. En el futuro será área de descanso y alimento para aves y mamíferos.
EL AGUA ES VIDA Y LOS CAZADORES HAN CONTRIBUIDO A RECUPERARLA EN UN LUGAR ANTES DESOLADO.
Pasados ya cuatro meses desde su llenado de agua procedente del Canal de las Bardenas los cazadores ya han constatado que las balsas mantienen el agua perfectamente y no hay otra pérdida que la evaporación superficial que se ve compensada por el manantial que siempre existía en esa zona.
Las primeras pobladoras fueron las ranas que pronto hicieron la puesta y en la actualidad son numerosísimas. Cada vez se ven más ejemplares de pato azulón los que las visitan con asiduidad y siempre se pueden observar becacinas en sus orillas, tortugas, ranas cigüeñas y otras anátidas protegidas. En diferentes visitas matutinas y vespertinas los paseantes pueden sorprender a los corzos y los jabalíes bebiendo agua.
Esto es uno de los muchos ejemplos de la aportación del colectivo de los cazadores para la mejora y conservación del entorno paisajístico navarro ayudando a mejorar el hábitat de la fauna local.