El Sisón esta protegido por la ley. Incluido en el Anexo I de la Directiva de Aves y en el Catálogo Español de especies Amenazadas, con la categoría de «Vulnerable». Ha disminuido por las modernas prácticas agrícolas y los insecticidas.
DEMOGRAFÍA
Sólo abunda en puntos localizados. Frecuente en la mayor parte de su área de distribución.
FENOLOGÍA
Nos llegan invernales que provienen de Francia. En diciembre y enero se producen concentraciones masivas que se deshacen a partir de febrero.
EL “AVISADOR”
El Sisón es un ave gregaria que acusa un marcado dimorfismo sexual en primavera y verano, cuando tras las mudas de los machos aparecen sus galas nupciales. Cara, nuca y cuello son entonces de color negro mate, surcado por dos líneas blancas. Por lo demás el manto y las cobertoras alares, cola y píleo son ocráceos finalmente vermiculados en negro. Por debajo el ave es casi blanca, de ahí el error de apreciación durante el vuelo. En invierno el único rasgo distintivo entre sexos es el tamaño del blanco espejuelo alar, más grande en los machos.
Con una dotación física excepcional, grandes marchadores que procuran utilizar sus alas lo menos posible. Por ello han perdido su cuarto dedo, útil sobre todo para posarse en las ramas. Su huella revela esta característica. Confían en su perfecto camuflaje para escapar de sus principales enemigos, pero, caso de verse descubierto, puede recurrir a su potente vuelo.
Entonces es cuando cobra sentimiento una aparente carencia, la de que la cuarta rémige sea más corta que el resto de las plumas del vuelo. Y es que, con tal peculiaridad el Sisón produce el sonido al que debe su nombre, provocado por el paso del aire por la estrecha abertura que queda entre esa pluma y las contiguas. Pues bien, el siseo, audible a grandes distancias, alarmará a sus congéneres.
Pie marchador, ha perdido su cuarto dedo.
Huella
Ala de Sisón. El característico siseo del Sisón se produce por el paso del aire a través de la abertura que, en el ala, forma la cuarta rémige, más corta y afilada que las tercera y quinta. Se trata de un caso único entre nuestras aves.
REPRODUCCIÓN
A finales del mes de marzo comienzan los Sisones sus ruidosos cortejos ante las hembras. Entre exhibición y exhibición se suelen dar ocasionalmente violentos combates entre galanes competidores. Está en juego la posesión de los terrenos de cría. En nuestra fauna escasean las aves polígamas, de ahí que casos como el Sisón resulten llamativos. Las llamadas del Sisón delimitan los territorios de reproducción, a modo de redundante taponazo, que se pueden escuchar a más de un kilómetro de distancia. Los vuelos típicamente sonoros también los delimitan. Finalmente será el contrastado diseño del cuello del macho el que, desde cualquier elevación del terreno, avisará a los iguales en especie y sexo que los dominios ya han sido establecidos. Una vez marcado un cierto equilibrio espacial, cada macho procura atraerse a un número variable de hembras.
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