Que casi el 25% de la población española sea consumidora de carne de caza al menos una vez al año, “refleja un dato que ya intuíamos y es que a pesar de ser un país que produce mucha carne de caza y de ser el primer exportador, el consumo entre la población es muy bajo”. Esa es una de las principales conclusiones que destaca Jaime Hurtado, director gerente de la Asociación Interprofesional de la Carne de Caza (ASICCAZA).
La agrupación que reúne a colectivos de cazadores, de agricultores, de salas de despiece o de entidades relacionadas con la conservación del medio ambiente quería conocer con datos fehacientes la incidencia del consumo en la sociedad española. Aunque el informe muestra que un 75,1% de los españoles consume carne de caza menos de una vez al año, “los resultados no son decepcionantes; son los que ya esperábamos”, señala Hurtado.
El estudio encargado por Asiccaza a la empresa especializada en investigación de mercados GFK, revela también que un 4,6% de la población consume carne de caza semanalmente; un 19,6% lo hace de manera mensual; mientras que la mayoría de consumidores de este tipo de carne, un 75,8%, lo hace con menor frecuencia. Los principales consumidores de estos productos son hombres de entre 35 y 45 años.
Además de conocer los hábitos de consumo relacionados con la carne silvestre, Asiccaza ha visto confirmada su percepción sobre “la valoración muy positiva que hacen los consumidores habituales” de este tipo de productos. Los parámetros analizados se sitúan en un notable, con un 8,43 para el sabor, un 8,29 para la calidad y un 8,22 respecto a la confianza, en una escala del 0 al 10.
El estudio revela también cuales son los principales frenos al consumo de la carne de caza. Entre sus detractores, con un 42,3%, están quienes prescinden de ella debido a su sabor, factor determinante tanto para los consumidores como para los que la rechazan; la dificultad para acceder a este tipo de carne, con un 22,8%; estar en contra de la caza por principios personales, con un 12,3% y, por último, la falta de costumbre a consumir esta carne, con un 9,3%.
La principal forma de acceso a estos productos, se produce en más de la mitad de los casos a través de amigos o familiares, mientras que un 40% de quienes la consumen lo hacen en establecimientos hosteleros y apenas una quinta parte lo adquiere mediante el canal ‘retail’ de venta directa al público. Conocidos e stos porcentajes, la agrupación interprofesional va a centrar gran parte de sus esfuerzos en intentar revertir la situación.
Cultura de la carne de caza
Para ello, la asociación que dirige Hurtado incidirá sus próximas campañas en “crear una cultura de la carne de caza”, quitando miedos a los escépticos, desmontando los mitos preconcebidos y las mentiras y sin intentar convencer a quienes se muestran abiertamente contrarios a la caza. “Aunque todo lo que hagamos sea poco, a partir de ahora vamos a centrar nuestros esfuerzos en establecer los medios necesarios para facilitar el acceso de los consumidores al producto”.
Uno de los pasos inmediatos que pretenden dar los integrantes de Asiccaza es el de implicar a cocineros y restauradores de prestigio para incrementar la presencia de productos relacionados con la caza en restaurantes, establecimientos de hostelería y en empresas de catering. “Ya sabemos que los cazadores la va a seguir consumiendo en sus hogares y es necesario ahondar en otros sectores de los consumidores”.
Con ese objetivo y con el convencimiento de que el producto que ofrecen cuenta con unas propiedades y características nutricionales excepcionales, la asociación interprofesional pretende implicar a “chefs de reputado prestigio para que a través de los medios de comunicación en los que tienen presencia mediática den a conocer y aporten credibilidad a la carne de caza”.
Tras un primer esfuerzo encaminado a que la gente se interese por estos productos, la siguiente fase consistiría en acceder a las cadenas de distribución y a los comercios detallistas. Su acceso a los mercados permitirá ampliar el espectro de personas que conozcan la carne silvestre y de posibles consumidores, además de dar a conocer “que hay otra alternativa a la carne de granja”