La campeona de tiro Itsaso Fagoaga se retira de la competición deportiva tras haber sumado nueve campeonatos de España, ocho Copas de España y otras seis Copas del Rey en la modalidad de ‘skeet olímpico’.
Con tan solo 27 años la lesakarra Itsaso Fagoaga cuenta con un palmarés espectacular en tiro deportivo en la modalidad de ‘skeet olímpico’, en la que ha atesorado nueve campeonatos de España, ocho Copas de España y otras seis Copas del Rey, además de números subcampeonatos, pódiums y puestos de honor.
Su trayectoria deportiva está jalonada además por un octavo y un noveno puesto en Campeonatos de Europa, aunque destacan sobremanera la cuarta plaza lograda en ese campeonato en 2010, con récord de España incluido, o el subcampeonato en el Campeonato Iberoamericano de 2012. Sin embargo, ha decidido apartarse de la competición y anteponer “los temas personales y las cuestiones profesionales” sobre los éxitos deportivos.
La afición de Fagoaga por el tiro olímpico y la caza le viene de familia, porque desde que era una niña “acompañaba a mi padre al pase”. Pero tuvo que esperar con cierta ansiedad a cumplir los 14 años para conseguir el permiso de armas y la licencia que le autorizaba a tomar una escopeta. Un año después ya fue tercera en un Campeonato de España de tiro y abrió así la senda de sus éxitos deportivos. Al año siguiente ya superaba en una competición a su hermana mayor, para lograr uno de sus primeros títulos.
Reflejos y concentración
La tiradora lesakarra asegura que la modalidad que ella practica es “la más difícil técnicamente. En otras disciplinas de tiro, cuando pides el plato, estás con la escopeta encarada, mientras que en el ‘skeet olímpico’ tienes la escopeta en guardia baja, a la altura de la cadera. Cuando pedimos el plato y éste ya ha salido es cuando hay que encarar la escopeta”. A diferencia de otras modalidades de tiro, la disciplina que practica Fagoaga requiere “mayores reflejos y una mayor concentración porque en otras modalidades olímpicas el plato sale instantáneamente cuando lo pides, pero en este caso puede tener un retardo de entre cero y tres segundos”.
A pesar de su anunciada retirara de la competición, que atribuye a que “me ha tocado un año muy complicado, en el que laboralmente tengo oposiciones para ser profesora de inglés y otros muchos proyectos en casa”, Fagoaga no cierra la puerta a un posible regreso a la competición en el futuro. “Todos me dicen que todavía soy joven y que tengo tiempo de volver. Nunca sabes cómo pueden venir las cosas y cabe la posibilidad de que en el futuro retome la competición”. Es consciente, sin embargo, de que “regresar tras haber estado retirada durante un tiempo hace que resulte muy difícil volver al nivel en el que he estado hasta ahora. Si vuelvo, me lo tomaré con otra filosofía”.
Su decisión de apartarse de la competición no significa que vaya a abandonar ni esta práctica deportiva como aficionada, ni mucho menos su afición cinegética, sobre todo a la caza mayor. “A partir de ahora solo podré dedicarme a estas actividades los fines de semana, que es cuando libro de mis clases como profesora de inglés en Secundaria y me dedicaré, sobre todo, a la caza del jabalí. Es la que más me gusta”.
Más de 1.000 jabalís
Para dedicarse a esta actividad cinegética Fagoaga cuenta con “unos cuantos sabuesos y otros que son mezcla de sabueso y de grifón” que ha adiestrado especialmente para la caza del jabalí. “No nos gusta que sigan al corzo y a otros animales”. Con esos perros y con una cuadrilla en la que están integrados varios cazadores vascos, participa en las batidas que se realizan en la zona de Aren, en el límite de Cataluña y Aragón.
Con más de un millar de jabalís abatidos en cada temporada, este año “ya estamos por encima de esa cifra, porque en cada batida superamos con facilidad las 60 piezas”, asegura. Cada campaña Fagoaga se lleva algún jabalí a su casa de Lesaka, “aunque la mayoría de las piezas las vendemos a una comercializadora” de carne de caza.
La campeona lesakarra defiende esta actividad cinegética para regular las poblaciones de jabalís, porque además de bajar hasta los centros urbanos de pueblos y ciudades también acceden a las carreteras “y provocan cantidad de accidentes de tráfico en los que no solo están implicados los jabalís, sino también corzos y otros animales”.