Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) han concluido que la Política Agraria Común, PAC, apuesta por una agricultura intensiva que entra en conflicto directo con los objetivos y medidas para la conservación de la biodiversidad.
Los investigadores han llegado a esta conclusión al comprobar que las aves de los campos de cultivo también se extinguen en las zonas protegidas que integran la Red Natura 2000, tras 15 años haciendo el seguimiento de especies amenazadas que habitan la península ibérica
«Las poblaciones de aves de los campos de cultivo de la Red Natura 2000 se están extinguiendo de igual modo que en zonas no protegidas porque la intensificación agrícola también afecta a estas áreas que supuestamente hay que preservar», según alerta el investigador Carlos Palacín ante los resultados de la investigación que firma junto a Juan Carlos Alonso en el ‘Journal of Nature Conservation’.
Los dos investigadores del MNCN llevan 15 años haciendo el seguimiento de especies amenazadas en una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y los resultados indican una grave disminución de las poblaciones estudiadas.
Anualmente, los investigadores han registrado declives del 7,5% en el sisón; Tetrax tetrax, del 6,9% en el aguilucho cenizo; Circus pygargus, del 6,1% en la ganga ortega; Pterocles orientalis, y del 1% en la avutarda, Otis tarda.
«Estos datos son especialmente graves porque se trata de especies amenazadas a escala mundial cuyas principales poblaciones sobreviven en los campos de cultivo mediterráneos de la península ibérica. De hecho, es por esas especies por las que la legislación de la Unión Europea protege estas áreas», apunta Alonso.
Para paliar las consecuencias de la PAC, los investigadores proponen cambiar el actual modelo de gestión de las zonas agrícolas protegidas con medidas como impedir la concentración parcelaria, y la subsiguiente intensificación, así como la implementación a largo plazo de prácticas agrícolas sostenibles independientes de las que subvenciona la PAC.
«Si deseamos conservar estos paisajes y su biodiversidad es necesario cambiar el modelo, por lo menos en las zonas que integran la Red Natura 2000», concluye Palacín.
Fuente. EUROPAPRESS