Cazando a los humildes. No es fácil entender muchas veces a la Administración cuando pretende gestionar en materia cinegética. Ahora les ha tocado el turno a los rehaleros de Soria. Y créanme que no se puede hacerlo peor. Se denomina rehala al conjunto de perros de caza mayor de distintas razas, entre 12 y 30 perros aproximadamente cuya misión de trabajo es localizar a los animales mayores y con la ayuda del rehalero hacer que entren a los puestos donde les esperan los cazadores. Tarea nada fácil por cierto. Modalidad esta con gran tradición en España que agrupa durante su práctica a un determinado número de cazadores dependiendo del tamaño de la mancha a batir. En definitiva la parte de la montería imprescindible para que esta aporte resultados, máxime ahora que peligra la supervivencia de los jabalíes con la tan temida peste porcina africana, la seguridad vial y el control de daños a la agricultura. Su guía, el perrero, hombre de campo, humilde, dirige la rehala con valentía y una voluntad férrea, muchas veces a cambio de muy poco por no decir nada, a pesar de ser el alma de la montería y tener que jugársela con los jabalíes. A pesar de que esta práctica está consolidada desde hace cientos de años sin problema alguno, los animalistas han iniciado una campaña de acoso y derribo contra las rehalas –perro de trabajo- argumentando ñoñerías propias de esta gente. Y lo peor del caso es que la administración les hace caso creando un sin fin de impedimentos para que esta práctica sea de momento inviable en Soria. Créanme que a uno le cuesta entender que donde no ha habido nunca problema alguno y además sea necesaria a todas luces su concurso una Administración sensiblera y desconocedora de la realidad de la caza se deje llevar por los animalistas para acabar con la caza de los modestos, que sudan la camiseta con los perros por delante un día sí y otro también. ¿Y qué se puede hacer para que la Administración recule? Ser solidarios apoyándoles en los medios de comunicación generalistas y en las redes sociales. Es triste que les juzguen los mismos que permiten ataques cruentos hacia el honor de las personas causando daños irreparables y ataques de odio que nunca llegan a juicio. Exigen respeto por su actividad, el mismo que el habitante urbano consigue hacia sus mascotas. Ganaron sus derechos en siglos de actividad y no van a admitir injurias y prohibiciones. Por eso y mucho más los rehaleros van a cesar su actividad de momento durante un año. La asociación de rehalas Arrecal promotora de esta iniciativa, apoyada por la Asociación Española de Rehalas, Adecap, Oficina Nacional de la Caza, Ayuntamiento de Almazán, Asaja, Upa, F.C.C.L., Hosteleros de Soria y un sin fin de Ayuntamientos sorianos.