«Es preciso dinamizar el medio rural con iniciativas que puedan generar puestos de trabajo, como la caza»

Juan Delibes es conocido por todos los cazadores y pescadores por ser el director del canal digital ‘Caza y Pesca’. Este biólogo de profesión fue miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas durante 7 años y, al igual que su padre, el escritor Miguel Delibes, es autor de muchísimos artículos y libros que han traspasado el ámbito nacional y en los que defiende la caza y la pesca como elementos necesario para conservar el medio ambiente.

– El cazador, ¿nace o se hace?
– Pienso que no hay una respuesta definitiva para esa cuestión. Creo que en gran medida el estimulo de la caza se hereda, con lo que soy más partidario de creer que con la caza se nace, aunque hay ejemplos que ponen de manifiesto lo contrario, grandes cazadores en cuyas familias no había ninguna tradición cinegética.

– ¿La caza es necesaria?
– Por supuesto.  En el siglo XXI el campo se halla en tal estado de deterioro a consecuencia de las actividades tradicionales, tipo agricultura, ganadería o aprovechamiento forestal, que es preciso pensar en otras alternativas que permitan generar un rendimiento económico y sean menos lesivas para la conservación del entorno natural. La caza, de la manera que yo la concibo, respetuosa, natural, no artificial y de acuerdo a un plan de ordenación establecido, es una alternativa perfecta para el campo del siglo XXI. Y no lo digo yo, sino el Consejo de Europa y la Unión Europea. Por otra parte muchas zonas rurales se están despoblando de gente joven que marcha a las ciudades. Es preciso dinamizar el medio rural con iniciativas nuevas que puedan generar puestos de trabajo, como la caza. También muchas poblaciones de especies silvestres se hallan preparadas para ser depredadas, de lo contrario su demografía puede explotar y originar conflictos en el medio natural. El hombre puede llevar a cabo ese papel.

– Diferencias y similitudes entre la caza y la pesca
– A priori, tal como se practicaban hasta hace poco tiempo se puede decir que no existían diferencias. Sin embargo la caza y pesca modernas sí que tienen un argumento esencial que las separa: en la pesca el aficionado puede devolver con vida al pez al agua, después de haber consumado su objetivo, que era engañarlo y capturarlo. En la caza no. Estoy seguro de que muchos cazadores harían lo mismo si estuviese en su mano. Yo mismo no disparo con frecuencia a corzos que, tras un bonito rececho, considero técnicamente muertos, al hallarse a distancia cercana y encontrarme con el rifle cómodamente apoyado.

– ¿Qué opinión le merece el estado de la pesca hoy en día?
– Algunas modalidades no están mal y prosperan, como el carpfishing o técnicas modernísimas de pesca de carpas. Las truchas están de capa caída en casi toda Europa. Además, al haber tan pocas y existir demanda, se recurre a las repoblaciones, que es dar un paso más hacia la extinción de la trucha salvaje. Los ríos cada vez tienen menos agua y más contaminada. El pescador no es el culpable, pero en esta situación crítica es el último eslabón de la cadena. Ahora que tenemos mejores medios que nunca y técnicas más depuradas para pescar, si matamos todo lo que pescamos nos quedaremos sin ello. Hay que ir recurriendo a la pesca sin muerte porque, de lo contrario, lo pagaremos.

– Para usted, ¿Qué es lo fundamental de una jornada de pesca?
– Ver que en el río que estoy pescando hay vida y actividad. Observar cómo reaccionan los peces ante mi estrategia de pesca y los señuelos que les presento. La pesca exige pensar y discurrir mucho más que la caza, y ahí está buena parte del reto. Si además, todo esto lo llevo a cabo en un entorno natural, lo más silvestre y atractivo posible??? miel sobre hojuelas.

– Usted ha trabajado en bastantes medios de comunicación,  ¿por qué cree que en los medios, cuando se habla de caza, generalmente se habla para resaltar la parte negativa de ésta (furtivos, accidentes???)?
– En general no se habla de caza, y en caso de hacerse, prestan atención a los temas más escandalosos, que habitualmente provocan personas que no son cazadores verdaderos, sino locos o delincuentes. Es triste, pero es así.

Vivencias como cazador

– ¿Nos podría contar alguna anécdota de caza con su padre?
– Bueno, recuerdo una tarde cazando codornices en los páramos de Sedano durante septiembre, cuando ya, a última hora descubrimos una ???pasa??? de codornices. Se trata de grupos migratorios, a veces bien numerosos, que de cuando en cuando te topas con ellos. Casi en plena noche oíamos más que veíamos el volar de las codornices. Se veían los fogonazos de nuestras escopetas, y tendríamos ocho o diez pájaros muertos y sin cobrar a nuestro alrededor. Un espectáculo.  Al no haber luz la cosa no dio para mucho, pero mi padre decidió que nos levantaríamos a las 4 de la mañana para estar a las 5, hora y media antes de amanecer, en el cazadero. El objetivo era que, si subían otros cazadores al mismo lugar, al ser muy pequeños los cazaderos de codorniz, cuando viesen nuestro coche se marchasen a otro. A las cinco, casi sin dormir, velábamos armas en el coche. Cuando empezó a clarear comenzamos a andar, impacientes. El resultado ya lo saben los espectadores, pues es el habitual en estos casos??? nada de nada. No las vimos en toda la mañana, pero mi padre, mientras cazábamos, le dio por hacer pareados y rimas de cachondeo y nos reímos un buen rato.

– ¿Y alguna con Juan Antonio Sarasketa?
– Con Juan Antonio he pasado momentos inolvidables en el coto de Urrez, un pueblito precioso de las estribaciones de la Sierra de la Demanda. Pocos cazadores sabrán que Juan Antonio, en vez de colocarse en los puestos de jabalí, era de los que se metía al monte con los perros. Y hay que ser gente muy dura para batir el monte cerrado de los laderones de la Demanda. También cazábamos corzos en primavera y, como en todas partes, había un corzo mítico: ???el corzo del túnel???. Lo habían visto hacía diez años y era enorme, un auténtico medalla de oro. La gente pensaba que si hace diez años era tan grande, ahora tenía que ser monstruoso, algo fuera de serie. Es sorprendente que a nadie se le hubiera ocurrido que podría haber muerto, o al menos ser un trofeo  muy recesivo. Pero ahí radica la salsa de la caza, en estas leyendas que nos alegran y motivan nuestros paseos por el campo, y ???el corzo del túnel??? nos dio mucha vidilla.

– ¿Con qué perros caza actualmente? ¿Guarda en el recuerdo alguno que marcó un antes y un después?
– Tengo un braco alemán, Perdi, que es un gran cazador. Uno de los mejores perros que he tenido en mi vida. Este otoño tendrá ya 9 años y se le nota la vejez. También he tenido un setter, Lewellin, con unos vientos espectaculares y mejor perro para cazar en el norte, en zonas de baja densidad de caza. Sin embargo este tipo de perros se vuelven locos cuando les llevas a un coto de perdices bueno de las dos castillas. El terreno esta lleno de rastros frescos y no saben qué hacer, o se ponen de muestra permanentemente. El Perdi es un especialista en este tipo de cotos, y como es viejo y experto sabe bien cuando está la perdiz o cuando acaba de estar pero ya ha volado. No sé cómo lo hace.

– Usted que es asiduo de la bicicleta, ¿Qué tal ha resultado la Quebrantahuesos?
– Siempre he sido muy deportista. Mi amigo Fernando Escartin, gran ciclista y cazador, me animó a participar en la Quebrantahuesos este año y se convirtió en un reto personal. La edición de este año ha sido dantesca, durísima por el frío y la lluvia constantes. Se han retirado 1600 corredores, muchos de ellos han sido atendidos por hipotermia. Sabía que era mi última oportunidad, porque ya voy siendo un abuelete, y di todo lo que pude. Terminé la carrera y además con un buen tiempo para un novato: 7 horas y 33 minutos. Quedé en el puesto 1528, de más de 7.500 participantes. Además os cuento una anécdota: Bajando Somport, muy duro y peligroso con lluvia y viento, me adelantó otro ciclista con un culotte que ponía ???Sarasketa???. Me llamó tanto la atención que estuve a punto de acelerar para preguntarle si era de Durango y conocía a la familia de Juan Antonio. Las cosas no estaban para bromas y decidí dejarlo para mejor ocasión. Si este amigo ciclista de la Quebrantahuesos lee esta entrevista, que sepa que le mando un saludo desde aquí.