ONC.- Los primeros resultados del proyecto Identificación y cuantificación de los efectos de los plaguicidas agrícolas en la perdiz roja en España, presentados hace unos meses, pusieron de manifiesto que el consumo de semillas de trigo tratadas con el insecticida imidacloprid o con el fungicida tiram, dos de los productos aprobados para el blindaje de simiente de cereal en España, producía efectos dañinos de distinta magnitud sobre las perdices, incluyendo pérdida de peso y condición corporal y, eventualmente, la muerte de algunos individuos.
Ante estos hallazgos, las dos entidades promotoras del estudio, la ONC (Oficina Nacional de la Caza) y la RFEC (Real Federación Española de Caza) han considerado recomendable repetir estos ensayos ampliando tres veces la muestra de perdices de ensayo y aplicando dosis de comida con trigo tratado, más cercanas a la ingesta natural, para así conocer el impacto verdadero sobre las perdices silvestres.
Los nuevos datos
Los experimentos se desarrollaron en la granja ubicada en la Dehesa de Galiana (Ciudad Real), donde se mantiene una colonia de perdiz roja para experimentación. Cuarenta y dos parejas de perdices de un año de edad fueron distribuidas en siete grupos experimentales: dos grupos correspondientes a cada uno de los tres fitosanitarios estudiados (difenoconazol, tiram e imidacloprid), alimentados en cada caso con semillas tratadas con una concentración baja y otra alta, y un grupo control, alimentado con semillas sin tratar.
La exposición de las perdices a las semillas blindadas tuvo lugar durante la segunda quincena de marzo, y mediado el mes de abril comenzaron a aparecer los primeros huevos.
Resultados
El análisis de las distintas variables muestra resultados bien diferentes, lo que nos conduce a pensar que cada uno de los tres plaguicidas analizados presenta su propio mecanismo de acción, afectando en cada caso a un aspecto diferente de la reproducción, de hecho, los tres plaguicidas afectaron de alguna manera al tamaño de los huevos: el espesor de la cáscara se vio reducido como consecuencia de la exposición de los parentales a las semillas blindadas, esto reduciría las posibilidades de eclosión al aumentar el riesgo de rotura de los huevos.
Pero el resultado más significativo viene sin duda al analizar las probabilidades de supervivencia de los pollos durante sus primeros días de vida, las cuales se vieron claramente afectadas negativamente por la exposición de sus padres a las semillas tratadas con plaguicidas.
Queda por esclarecer si los efectos tóxicos detectados experimentalmente son trasladables a lo que sucede en el medio natural, para lo cual se deben considerar una serie de aspectos como el hecho de que las perdices hayan sido alimentadas exclusivamente con semillas tratadas, que la exposición se haya llevado a cabo a principios de la primavera en lugar de hacerlo durante el otoño, cuando se produce la siembra de la mayoría del cereal, o el haber empleado concentraciones por encima de las recomendadas, si bien en este aspecto es destacable que también las dosis recomendadas han producido efectos perjudiciales. Estos aspectos serán abordados en los experimentos que, de manera inmediata, van a constituir la continuación de este proyecto.
El informe completo puede descargarse en la web de la Oficina Nacional de la Caza
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