«El sector cinegético se siente engañado por el Ministerio de Interior. La Secretaria General Técnica de esta cartera ministerial, nos aseguró días antes de la publicación del Borrador de Reglamento de Armas que no existía ningún borrador o proyecto alguno y que, en el caso de su publicación, previamente contaría con la opinión del sector, prometiendo incluso la creación de una Comisión Mixta de trabajo.
La realidad es que unos días después, el 30 de noviembre, se publicaba en el BOE la resolución por la que se acordaba la apertura del trámite de audiencia del citado proyecto. La cosa habla por sí misma: donde dije digo, digo Diego.
Así las cosas, los reunidos aquí, queremos MANIFESTAR:
1º.- La Administración no puede ser sorda a las reivindicaciones legítimas y razonables de un colectivo responsable como el cazador. La manifestación del 1 de marzo de 2008 fue la consecuencia de legislar sin tener en cuenta nuestra opinión. Solo pedimos que los políticos de este país se sienten y escuchen a un sector cada vez más profesionalizado y cuyas asociaciones que lo representan cuentan con más de 600.000 afiliados.
2º.- La modificación del Reglamento de Armas, tal y como el sector cinegético lleva demandando desde hace años, debería ser una oportunidad para simplificar y proveer un régimen más ágil, justo y moderno para las armas civiles.
3º.- España cuenta ya con una de las reglamentaciones en materia de armas más restrictivas de toda Europa, sino la más restrictiva. El colectivo de usuarios de armas (principalmente cazadores y tiradores deportivos) así como los profesionales del sector, quiere solicitar nuevamente la flexibilización de la legislación aplicable, que equipare la legislación española al resto de países europeos.
3º.- Buena parte de los requisitos establecidos en este proyecto suponen de facto un ataque directo al colectivo de cazadores, y aumentan aún más las restricciones preexistentes. De aprobarse el Reglamento con la redacción propuesta por el Ministerio, no sólo van a causarse dificultades sin un fundamento lógico a cientos de miles de ciudadanos españoles, sino que además se va dar un duro golpe a las empresas del sector armero en un panorama de crisis económica brutal.
4º.- Los cazadores consideramos que el Reglamento de Armas deberían focalizar los esfuerzos en aquellas cuestiones que pueden afectar a la seguridad ciudadana, y que real y efectivamente supongan un riesgo para ésta, tal y como ha establecido la modificación de la Directiva Europea de Armas de Fuego.
5º.- Son muchos las propuestas de modificación del Reglamento, entre otras, la limitación en el uso de armas para menores (lo que pone en peligro el futuro de la caza), el hecho de que cerca de 800.000 armas semiautomáticas existentes en España pasarán a ser objeto de decoración o desguace, obligando a la adquisición de otras nuevas dada la condición de extraíble o movible de sus cargadores y la capacidad de los mismos, el régimen sancionador que será mucho más estricto, se limita aún más el calibre 22, limitación a las competiciones deportivas, problemas para a contratación de personal en armerías o el limite del número máximo de rifles por licencia??? como podrán comprobar, limitaciones y más limitaciones.
6º.- Después de las continuas reformas de la Política Agraria Común, el sector cinegético pasará a ser uno de los pilares básicos para el desarrollo del medio rural. El futuro de nuestros pueblos pasa por primar al sector cinegético de las herramientas legislativas suficientes que le permitan un crecimiento sostenible.
7º.- Más allá del cazador y los cotos de caza, nuestro sector aglutina a multitud de subsectores, que de forma directa suponen más de 5.000.000 millones de euros para el desarrollo económico de este país. Armeros, artesanos del cuero o la taxidermia, rehaleros, salas de despiece, guardas de caza, veterinarios, trabajadores forestales, ojeadores, servicios de catering, alojamientos turísticos???
8º.- El usuario del campo es el verdadero responsable de la protección de la naturaleza. El cazador cumple esa función desde hace siglos y como tal nos debe ver la sociedad urbana. Es por ello que deben ser las administraciones las que trasladen este mensaje y permitan un cambio en la concepción de la caza por esa sociedad desvinculada de la realidad rural. El cazador siempre le da mucho más a la naturaleza de lo que le quita.
Todo ello, lo leemos, y lo firmamos en Madrid, con fecha de 21 de diciembre de 2010 y en nombre y representación de la mayoría del sector cinegético español: Juan Antonio Sarasketa, presidente de la Oficina Nacional de la Caza y Andrés Gutiérrez, presidente de la Real Federación Española de Caza».