Éxito del primer Campeonato de España de caza menor con perro para cazadores adaptados
Igor Alkorta, de Aizarnazabal, se hizo con la tercera plaza en la cita promovida por el legazpiarra Iosu Egaña y organizada por la Federación Española de Caza
J. Zengotitabengoa
El coto de la localidad madrileña de Villarejo de Salvanés fue escenario el pasado sábado del primer Campeonato de España de caza menor con perro para cazadores adaptados que organizó la Federación Española y por cuya materialización ha perseverado desde hace año y medio el legazpiarra Igor Egaña.
La cita resultó un completo éxito de participación y de compañerismo entre los once competidores que dispusieron de todas las facilidades y ayuda por parte de las federaciones española y madrileña y de quienes colaboraron en la celebración del campeonato. De hecho, “la prueba se celebró el primer día de apertura de la veda, cuanto el coto estaba sin tocar, para que los participantes pudiésemos conseguir mejores capturas de conejos, perdices, zorros o becadas”, apunta Egaña.
En la competición estuvieron presentes tres cazadores gipuzkoarras, ya que además del propio Egaña, participaron el oñatiarra Joxerra Unzurrunzaga, que fue noveno, y el aizarnazabaldarra Igor Alkorta que se hizo con la tercera posición al abatir dos perdices y dos conejos. Los navarros David Larrondo y José Luis Lara, por su parte, terminaron el campeonato en quinto y sexto lugar.
El campeón de la primera edición fue el gallego Artemio Formoso, que ya cuenta en su palmarés con títulos mundiales como el de campeón del mundo de tiro al plato adaptado. Formoso sumó 2.150 puntos al abatir tres perdices y dos conejos, mientras que el extremeño Gonzalo Hernández se hizo con la segunda plaza al abatir tres perdices y un conejo y conseguir 1. 900 puntos, 300 más que los logrados por Alkorta.
Egaña tuvo una experiencia “agridulce”, porque un camión atropelló a su perro Mendi poco después de comenzar la prueba, y “estuve más pendiente de él que de la caza”. A pesar de ello asegura que es “una experiencia a repetir”.
Aunque los participantes presentaban diferentes grados de discapacidad, todos ellos compitieron en una única categoría, cuando lo ideal sería “la distribución en diferentes grupos en función de que la discapacidad afecte a un miembro superior o a alguno inferior o que el participante tenga que desplazarse en silla de ruedas”, apunta Egaña. Reconoce, sin embargo, que “para establecer diferentes categorías sería necesario incrementar el número de participantes”.
Egaña destaca también que para poder disputar este primer campeonato la Federación Española de Caza “ha realizado una gran labor en la elaboración de un nuevo reglamento adaptado a las condiciones de las personas discapacitadas”, lo que le anima para que este tipo de competiciones “vuelvan a tener continuidad en futuras ediciones y aumente el número de participantes”.