El punto clave para lucios difíciles: la insistencia
A ningún pescador deportivo que se precie de serlo ya no le asusta ni le amilana, a la hora de salir e intentar sacar el pez de sus amores, el fracaso, el “bolo”, el “cero patatero”. Muy habituados —por lo menos este es mi caso— estamos a sufrirlos (aunque también debo apuntar para no faltar a la verdad que yo tampoco es que sea un diestro profesional de la pesca, sino, más al contario, un simple aficionado que toca tantos palos o técnicas que se me hace imposible llegar a la excelencia de algunos compañeros), por lo que el no desfallecer ante la dificultad de los lucios difíciles, la insistencia en suma, es la clave para poder pescar algo a día de hoy teniendo en cuenta la disminución paulatina y notabilísima de peces en la mayoría de los escenarios que frecuentamos.
La insistencia en los lucios difíciles
Un día de estos malos que dedicamos a la pesca del lucio, que no vemos actividad alguna, que ningún pez sigue nuestros señuelos y que la mayor emoción vivida y lo más parecido a una picada ha sido el toque o enganche del artificial en una piedra, árbol o alga sumergida, es cuando nuestra única posibilidad de evitar el temido “bolo” es persistir en los lances sin desaliento.
Ya no importa el señuelo que utilicemos, aunque alguno tengo como preferido en estas situaciones adversas ante lucios difíciles como podría ser el crankbait, sino el hacer los máximos lances que podamos para poder molestar y cabrear, porque hacerles comer en estas circunstancias está claro que no va a ser, a alguno de estos apáticos esócidos y conseguir con ello la salvación de la jornada, y, de paso, la de nuestra alma pecadora al evitar las imprecaciones e impertinencias que de común suelen acompañar a estos aciagos días si se consuma el revés a modo de cero capturas.
Buscando siempre los lugares querenciosos
Todo lo dicho sin olvidar que, pese a las dificultades comentadas, hay que seguir pescando con cierta perspectiva, es decir, que no busquemos a los lucios donde la época o el lugar nos indica que es prácticamente imposible que se hallen, obligándonos a ser siempre consecuentes con los hábitos de este depredador, debiendo insistir siempre en los lugares que consideremos querenciosos: a groso modo, en épocas más frías y de intenso calor habrá muchas más posibilidades de encontrarlos profundos, siendo los 10 metros una medida que nos puede servir de referencia, y en momentos en que las temperaturas son más suaves o menos extremas sabido es que apostados en espadañas, árboles sumergidos o zonas de piedras y cortados a menos profundidad será un buen lugar donde haya más probabilidad de hacerlos picar.
Recogida rápida
Por otra parte, siendo tan indolente el comportamiento del lucio en la jornada que relatamos, personalmente prefiero artificiales que tengan una gran movilidad, como el anteriormente mencionado crankbait o los jerkbaits cuando los busco más someros, para poder arrancar una picada que llamaremos por reacción o instinto, y no por simple hambre; aunque también es cierto que sobre preferencias de señuelos cada pescador tiene las suyas, y sobre la conducta del lucio siempre nos movemos en el campo de la especulación más que en el de la certeza absoluta.
Vídeo: cómo soltar los peces con elegancia
Y, por último, ahí va un vídeo que demuestra que, aunque la jornada de pesca haya sido mala en capturas, no es óbice para poder pasar un día extremadamente agradable y relajante, como es siempre, por otra parte, cuando podemos estar en contacto con la naturaleza practicando la actividad de ocio que nos apasiona. La elegancia en la suelta… mejor verlo.
Fuente. Coto de Pezca