N.G.- Hace meses que se venía oyendo hablar en los ambientes del tiro en nuestra comunidad de la dimisión de los principales cargos de la Federación Guipuzcoana de Tiro Olímpico. Tras la renuncia, la situación se perfilaba hacia dos posibles resultados. El primero de ellos, y del que me confieso partidario, era que nadie optase por presidir la Federación y que la gestión fuese absorbida por la Vasca. No suelo mostrarme favorable a las centralizaciones, pero en este caso es diferente, quizás al ver cómo funciona año tras año un sistema de califatos territoriales que a mi juicio no beneficia a los tiradores.
Sin embargo, el último día hábil para la presentación de candidaturas, un grupo de tiradores guipuzcoanos presentó la suya. Este hecho me sorprendió a priori, pero tampoco me disgustó la idea al escuchar varios de los nombres incluidos en la candidatura. Deportistas en activo como el olímpico Kako Aramburu o Juan Mari Etxeberria formaban parte del equipo que dirigirá la federación, con Esteban Azkue al frente. Que sean curtidos tiradores puede hacer destacar y mejorar la labor futura de la Federación frente a la pasada. Sobre todo, en temas como la proyección de tiradores hacia competiciones de más entidad que las territoriales, o en la apuesta por el incremento de competiciones, tareas ambas que los anteriores gestores no desempeñaban como era de desear. Queda mi esperanza depositada en que esta nueva junta, sumada a unas buenas relaciones con el mejor campo de tiro de Euskadi a fecha de hoy, San Marcial, propicien una mejor gestión del tiro en Gipuzkoa y una mayor atención hacia los federados.