Al permitir el control del lobo por debajo del Duero, el Senado acaba de aprobar una medida de gran importancia para los ganaderos, sobre todo los de la zona castellana que tienen sus cabañas por debajo de ese río, que venían denunciando la brutal incidencia que estaban teniendo en ellas, con importantes daños que llevaban a situaciones económicas irrecuperables, sin que la Administración hiciera nada por resolverlo.
En este sentido, la Real Federación Española de Caza, ante el avance de las poblaciones loberas, había solicitado que se permitiese la caza controlada de la especie también por debajo de la línea que marca el río, ya que la conservación y el oportuno control, cuando la recuperación del número de lobos es evidente, no son incompatibles. Asimismo, se recordaba que el permitir la caza por encima del Duero no sólo no había incidido negativamente en el lobo, sino que sus poblaciones iban en claro aumento. Además una caza selectiva y regulada suponía una importante fuente económica para algunas zonas, con el aprovechamiento de los permisos de abate. Pero lo fundamental no sólo es permitir esa caza, sino dar respuesta a las indignadas movilizaciones de los ganaderos, que ven cómo el lobo puede acabar en una noche con su actividad económica.
También la Junta de Castilla y León, en declaraciones de su consejera de Agricultura y Ganadería, Silvia Clemente, había venido manteniendo que era imprescindible corregir la situación actual del lobo para que no se mantuviese como especie protegida, al mismo tiempo que había expresado su confianza en que se pudiera dar solución a los problemas que está sufriendo la cabaña ganadera por los ataques de estos animales. Clemente también recordó que la catalogación del lobo como especie protegida se hizo en un momento en el que la población de estos animales era pequeña, una situación que ha cambiado ya que esta especie ha crecido de manera importante y se ha extendido más allá del Duero. Insistía en que es “imprescindible corregir esta situación” y que a su juicio “mantener el lobo como especie protegida no tiene razón de ser”.
Así se ha llegado a la actual situación, cuando este martes la Comisión de Medio Ambiente del Senado aprobó, por unanimidad y a propuesta del PP, que el lobo pase de ser una especie “estrictamente protegida” en la zona sur del río Duero, a ser “susceptible de medidas de gestión”. El presidente del PP de Ávila y senador, Antolín Sanz, argumentó esta petición alegando que los lobos están haciendo “verdaderos estragos en la cabaña ganadera” de provincias como Ávila, donde es vital para la economía y el empleo. La moción insta al Gobierno a que modifique la Directiva 92/43, del año 1992, para que el lobo deje de ser una “especie estrictamente protegida” y pueda ser cazado en las provincias castellanoleonesas. A juicio de Sanz, la catalogación del lobo como especie protegida al Sur del Duero (Segovia, Soria, Salamanca y Ávila) “no tiene sentido”, ya que su población “está en expansión y cumple los requisitos de conservación exigidos en la directiva europea», motivo por el que Castilla y León lleva años reclamando que esa normativa europea «se adapte a la realidad biológica del lobo en la península ibérica”. El secretario general de los populares en el Senado ha puesto de manifiesto que el lobo ha aumentado tanto en número como en área de distribución al sur del Duero, donde “está causando grandes años a las explotaciones vacuna y ovina. Ha recordado que Castilla y León cuenta con unas 22.000 explotaciones de ganado extensivo y algo más de tres millones de cabezas, “muy importantes en la economía de la región y para la generación de empleo”.