El pasado sábado 26 de marzo tuvo lugar la II Feria de Cartuchería de Valladolid. Esta segunda edición, incluida en el calendario de ferias de la AECC, en la que la asistencia fue multitudinaria y la organización, inmejorable, sirvió de punto de encuentro para coleccionistas desplazados desde toda la península.
Alrededor de las 10 mañana eran ya varios los coleccionistas que esperaban la entrada al local donde iba a celebrarse la bolsa de cartuchería, ataviados con sus pesados equipajes rellenos de cartuchos de lo más variado.
En la puerta, se pagaba la entrada de 25 euros, en la que se incluían dos bonitos cartuchos conmemorativos de la reunión, una réplica de un cartucho semimétalico del calibre 12 con una pequeña navaja en su interior, y un cartucho llavero del calibre 9mm Winchester Magnum, además de la opípara comida que disfrutaríamos horas después.
Una vez dentro, la sala contaba con un buen número de mesas, las cuales formaban una herradura y daban a los coleccionistas una buena perspectiva de los cartuchos que traían los compañeros de afición.
Nada más entrar, frente a la puerta, en la mesa de Ansúrez, el organizador e ideólogo de esta feria vallisoletana, podían encontrarse multitud de cartuchos y calibres diferentes, muy bien clasificados en bolsas separadas y etiquetadas, además de un buen repertorio de libros, proyectiles antiaéreos e incluso una pistola Star fabricada en Eibar y seccionada para instruir a alumnos en el funcionamiento de un arma corta semiautomática.
Esto no hacía sino presagiar los valiosos y extraños cartuchos que encontraríamos en las mesas circundantes. No obstante, antes de comenzar a buscar cartuchos y efectuar los cambios que ya iban a la feria apalabrados con anterioridad, saludar a los amigos e intercambiar impresiones con ellos se hacía indispensable, ya que normalmente son muchos los kilómetros que nos separan, y escasas las ocasiones que nos reúnen.
Poco después, una vez comenzado el recorrido por las mesas repletas de cartuchos, pronto comencé a hacerme con las primeras piezas. La primera novedad, vino de la mano del organizador, y a sabiendas de que es una de las mejores que conseguí en esta feria, creo que merece una breve explicación para los curiosos o coleccionistas. Se trataba de las dos variantes conocidas del cartucho 9×24,5 Regaña.
Este cartucho es de los primeros modelos de subcalibre que se empleó en el lanzagranadas Instalaza C-90, es decir, es un cartucho trazador que simula la trayectoria de la granada original del lanzagranadas, que sirve para instruir a los soldados en su uso y puntería, sin afrontar el elevado coste que supone el uso de granadas reales.
Estos dos cartuchos, vinieron acompañados de uno del calibre 9×25 Dillon, un cartucho con un par de décadas de vida diseñado para pistolas con fines deportivos en EEUU y poca o ninguna difusión en Europa.
Más adelante, y mientras continuaba mi recorrido por el resto de mesas, conseguí otras piezas que llevaba tiempo buscando, como el cartucho diseñado y montado en CETME (Centro de Estudios Técnicos y Materiales Especiales) del calibre 7,62×51 con la inusual bala CSP-004 extralarga, de la que adjunto imagen, y que se supone que se montó para una ametralladora o para tiradores de precisión.
Otras piezas curiosas con las que conseguí hacerme fueron:
??? 7,62×51,5 Serradilla
??? .22 Sniper SubSonic
??? 6,45×48 GP80 Experimental Suizo
??? .300 Whisper
Una vez finalizada la bolsa de cartuchería, hacia las dos del mediodía, abandonamos el lugar de reunión para dirigirnos al restaurante donde se celebraría la comida. Mientras charlábamos entre coleccionistas sobre las piezas encontradas en la reunión, últimas adquisiciones y nuevos contactos, el menú del que disfrutamos fue exquisito. Estaba compuesto por varios entrantes tales como: jamón sobre rebanada de pan con aceite, anchoa con queso fresco sobre crujiente u hojaldre relleno de cebolla caramelizada. Como primer plato otro hojaldre relleno de hongos y gambas con salsa de pimiento de piquillo hizo las delicias de muchos de los asistentes, y para finalizar una pata de cordero con su correspondiente salsa y un flan dieron por finalizada la comida de hermanamiento.
Una vez en los postres y cafés, el organizador, Ansúrez, junto al presidente de la Asociación Española de Coleccionistas de Cartuchos, Fernando Suárez, entregaron varios premios a quienes hacían posible estos encuentros, y especialmente a Jordi Camerón, el fundador de la pagina web www.municion.org, principal lugar de encuentro de coleccionistas de habla hispana y extranjeros y contenedora de todo tipo de información sobre cartuchería, marcajes y fabricantes, hasta el punto de ser lugar de referencia para coleccionistas de todo el mundo e incluso bases de datos de policías científicas internacionales.
Como creo que ya se vislumbra en estas líneas, huelga decir que quedé muy satisfecho de mi asistencia a la reunión, la cual acompañé del día anterior para visitar Valladolid, paseando por su precioso parque de Campo Grande, el museo de la ciudad o su polifacético casco antiguo.
Por todo esto solo me queda esperar la edición del año que viene con renovada ilusión y buena paciencia.