Pesca un emperador rojo de 22 kilos y lo dona a la ciencia para que lo estudien
Está orgulloso de su captura, «una cosa única en la vida», y ahora permitirá que los científicos lo puedan estudiar a fondo
El sueño de cualquier pescador es lograr capturar el ejemplar de sus sueños, ese con el que se pueda hacer una foto de tal manera que el pez no le entre en sus brazos. Eso es lo que le ha pasado a Ed Falconer, un operador de vuelos chárter que es aficionado a la pesca desde que era pequeño y que ha logrado el pez de su vida: un emperador rojo de 22 kilos.
El ejemplar midió más de un metro de longitud, 104 centímetros para ser exactos, y lo capturó mientras disfrutaba de un día de pesca en Rainbow Beach, en el este de Australia. Ed reconoce a ABC Australia que lleva 30 años pescando en las mismas aguas y que nunca hasta ahora había logrado un ejemplar similar: «Lo más grande que pesqué antes fue uno de 19 kilos».
La pandemia de coronavirus provocó que el negocio de Ed Falconer tuviera que cerrarse durante varios meses, algo que le ha servido para, al menos, poderse dedicar a su pasatiempo favorito. Reconoce que es un pez mucho mayor de los que pesca normalmente: «A menudo me hago con ejemplares de ocho, diez o 12 kg… pero este es, definitivamente, un monstruo».
Veinte minutos para hacerse con él
El afortunado pescador reconoce que esta captura es «una cosa única en la vida» y ha recordado cómo lo pescó a la antigua usanza, con su caña y el carrete: «Tardé 20 minutos y, en realidad, pensé que se trataba de un gran bacalao en lugar de un emperador rojo, por la forma en que luchaba. Pero, cuando apareció por uno de sus lados, hubo más impresión que risas».
«Esta captura es única en la vida y no se puede desperdiciar: seguro que los científicos quieren estudiar al pez»
Ahora, la intención de Ed Falconer es donarlo a la industria pesquera de la región de Queensland para que los científicos lo puedan estudiar: «Nada más pescarlo llamé a un especialista para que se encargara de conservarlo. Después de eso, vamos a donarlo a la ciencia, a la industria pesquera, y van a hacer una investigación al respecto».
Tanto el pescador como sus compañeros de afición aseguran que «no queremos que algo así se desperdicie». Por eso, esperan que al analizarlo puedan descubrir datos sobre el pez que ayuden a saber cuántos ejemplares como él podría haber en el mar: «Los científicos de las cofradías de pescadores de Queensland siempre están al acecho tratando de investigar a ciertas especies. Sin duda estarían interesados en determinar qué edad tenía ese pez».
Fuente. elconfidencial.com