Hace algunos meses, miembros de Adecap Gazteak se dirigieron al Gobierno Vasco para entregar una carta en la que se pedía que se incluyera al mirlo (Turdus merula) y la tórtola turca (Streptopelia decaocto) entre las especies cazables en los tres territorios que conforman la Comunidad Autónoma Vasca, teniendo en cuenta que la disposición final segunda de la Ley 2/2011, de 17 de marzo, de Caza determina que ???El Gobierno Vasco, en el plazo de un año desde la entrada en vigor de esta ley, aprobará las normas reglamentarias necesarias para su desarrollo, únicamente en aquellos aspectos en los que la propia ley le haya atribuido una habilitación específica para ello ??? y que el artículo 11 del mismo texto legal prevé que ???El Gobierno Vasco establecerá reglamentariamente las especies, subespecies y poblaciones de fauna silvestre o asilvestrada que puedan ser declaradas cinegéticas».
Lógicamente, dichas solicitudes se hacen teniendo en cuenta las inquietudes cinegéticas de los cazadores, que ven como las poblaciones de dichas especies van en aumento y su caza sigue estando prohibida. Aún recuerdo que hace no mucho tiempo (hará tres o cuatro años, aproximadamente), estaba permitida su caza en Gipuzkoa, y a falta de la tórtola común, la turca, en clara expansión colonizadora, se dejaba querer por todos aquellos que salían durante la media veda en nuestra tierra. Concretamente, durante más de doce años, se pudo cazar el mirlo común en tierras guipuzcoanas, hasta que una sentencia declaró a la especie como no cinegética.
Está claro que son dos especies que no corren ningún peligro en nuestro territorio. Mientras la tórtola turca es cada vez más abundante y se ve con mayor facilidad, incluso en parques y jardines, el mirlo sigue como siempre y está presente en casi todos los sitios, incluso en el centro de nuestras grandes ciudades. Además, en multitud de países de Europa se cazan ambas especies. En este tipo de temas, estamos siempre a la cola.
Iniciativas como éstas sirven al menos para dar un toque a nuestros madamases y que sepan que estamos aquí, dispuestos a que la caza no caiga en el olvido y a que se sigan respetando nuestros derechos. Ya hemos dado demasiados pasos atrás en los últimos años. Es hora de echar el freno.