Promocionada por la “Asociación de Clubes e Cazadores de Caza Maior de Galicia” y organizada por Monteros Galaicos, el pasado sábado se celebró en el tecor de Sierra Martiñá, en el concello ourensano de San Cristovo de Cea, la primera montería de mujeres cazadoras en la comunidad gallega. Un grupo de unas veinte féminas llegadas de toda Galicia y del Principado de Asturias (pertenecientes a la Peña Femenina «Punto de Mira»), fueron parte activa en la montería. Tres corzos y tres jabalíes fue el resultado final.
El calor sofocante fue la tónica general de la jornada, pero no por ello evitó que acudieran a la cita y participaran las 50 posturas, además de acompañantes y rehaleros que batirían el monte, a la hora fijada por la orgánica.
Tal y como se explica en la página web de Monteros Galaicos, la mancha se dispone en cinco cierres; Oseira, Mimosas, Puntillón, Prados y Forestal, y dos traviesas centrales; Pista y Regatos. El sorteo va ubicando a cada montero en su postura, colocando los cierres y dando 15 minutos de margen para sortear y colocar con posterioridad las traviesas.
Tras la suelta de rehalas (que se dispuso en tres lugares distintos y de tres formas distintas), se formó un auténtico festival de ladras, lances y disparos.
Finalmente fueron los chicos los que abatieron las seis piezas: tres corzos y tres jabalíes (uno de ellos de cien kilos).
Pese a que al final, las capturas de esta jornada femenina las realizaron los hombres, el ambiente que se respiraba era de total respeto, por ello terminaron la jornada «con una comida de hermandad entre asturianas y gallegos, entre mujeres y hombres, entre cazadores de verdad, que unidos por esta bendita pasión llamada caza, han demostrado con ciencia cierta que nuestra pasión no tiene fronteras, ni entiende de sexo, y que si entre todos aportamos nuestro granito de arena y damos facilidades (porque debemos dárselas), a los sectores que hoy aún son minoritarios, acabaremos consiguiendo entre todos que la caza se vea como lo que es, (las mujeres y la juventud ayudarán a ello); una pasión que contribuye al equilibrio medio ambiental, además de realzarse aún más como inagotable fuente de riqueza», explican desde la organización.
Envidia me dan ver esta afición de las mujeres cazadoras, por aquí poquísimas se ven, mi mujer por ejemplo subió el otro día a cazar conmigo y me dijo que tardaría en volver por que le habían picado algunos insectos, «jo» con lo aficionada que era cuando nos casamos allá por el 78, solíamos ir a Ablitas, Cascante, Lizarraga, etc., en fin que se a vuelto muy cómoda. Saludos a todos.