Las últimas jornadas de caza en Bizkaia están resultando desastrosas para los cazadores en cuanto a capturas respecta. La práctica ausencia de zorzales, tanto de los de entrada como de los que se quedan en nuestros arbolados, están deparando muchas salidas inocuas al monte. ???No hay nada??? es la frase más escuchada estos días en los ambientes cinegéticos. La temporada oficial de caza desde líneas de pase con reglamentación especial terminó el pasado 30 de noviembre en Bizkaia, por lo que desde la semana pasada ya no funcionan los puestos bajo esta modalidad, aunque se puedan usar, pero los pájaros no pasan. Algunos contados bandos de zorzales alirrojos llegaron el pasado fin de semana y las últimas becadas se dejaron sentir en ciertas zonas, pero desde entonces, la semana transcurre en una ausencia total de aves a estas alturas de campaña. Seguramente las cusas hay que buscarlas más arriba, en el centro y norte europeos, donde la sequía y la falta de frío seguramente retendrán a los contingentes de pájaros que aún faltan de cruzar sobre nuestros cielos.
Anteayer martes, por ejemplo, las temperaturas medias en Rusia eran de -3º, en Dinamarca de -2º, mientras que Finlandia o Suecia estaban a cero grados centígrados, unas temperaturas ???cálidas??? para estar ya en la primera semana de diciembre. Además, con vientos de componente sur y con cielos nublados pero sin nevadas en buena parte del mapa más al norte de nuestro continente, así que las previsiones para los próximos días tampoco pueden ser muy optimistas. En principio las aves que quieran pasar el invierno en la Península Ibérica y que aún permanezcan en sus cuarteles de cría europeos no tienen suficientes motivos para emprender su viaje. Otro dato nada gratificante es la sequía, al parecer la peor de la última década, que se ha adueñado de zonas de Polonia o Rusia y donde además no hay ni lluvias, ni heladas, ni nieve. Aunque esta situación tampoco extraña mucho a los cazadores vascos, que siguen de cerca la evolución del tiempo para ver si llegan aves.
SORDAS. En cuanto a becadas, su presencia también ha ido en acusado descenso durante las últimas jornadas hasta no quedar salvo unos pocos ejemplares resabiados en el territorio que, al mínimo movimiento en su entorno, cambiarán de lugar todas las veces que sean precisas. Mientras los canes junto a sus dueños revisan casi a diario las zonas más querenciosas, de vez en cuando algún rastro delata la presencia de una sorda que ya no está donde debería, dejando con un palmo de narices a sus perseguidores.
Respecto a las palomas, los más optimistas aseguran que aún quedan torcaces al otro lado de los Pirineos, en tierras francesas, aunque nadie sabe cómo, ni por dónde, ni siquiera si pasarán todavía hacia el sur, salvo que las condiciones metrológicas adversas les obliguen. Algunas miles de hectáreas con comida abundante y estas temperaturas cálidas ejercen de imán para que los bandos de azuladas decidan invernar en Iparralde.
Quienes viajan a tierras castellanas, las noticias siguen siendo moderadamente buenas, ya que cuentan con bandos cada vez más deslucidos de perdices, mientras la liebre poco a poco se deja ver más tras dos años nefastos. Los conejos también se hallan en general al alza, en algunos sitios por demasía, mientras que las migradoras ofrecen un panorama diverso según a dónde se acuda, aunque en general parece que se han adentrado hacia el centro y sur peninsular, porque apenas se ven becadas, pocos zorzales y menos palomas.
Mientras, los cazadores vizcainos deberán esperar a que empeore el tiempo en las zonas del norte de Europa y por fin lleguen las temperaturas y nieves propias de esta época. A ver si la luna llena del próximo sábado ayuda en este trasiego de pájaros y al menos se registra alguna entrada de becadas y de malvices para animar este mes de diciembre.
Bueno pues en Gipuzkoa lo mismo de lo mismo, solo se ven artxosos.