Dactylogyrus. El parasito enemigo de los ciprínidos
A. García 1 ; P. García 2 ; M. Gil 3 ; S. Zurita 3 ; JM. Alonso 2
1 Producción Animal; CICYTEX-La Orden
2 Sanidad Animal; Facultad de Veterinaria de Cáceres
3 Recepción de Muestras y Diagnóstico, Hospital Clínico Veterinario de Cáceres
El pescado es un alimento imprescindible, que aporta numerosos beneficios a nuestra salud.
Es preciso, sin embargo, destacar que los peces que habitualmente pescamos y consumimos pueden estar infectados por determinadas especies de parásitos, algunos de los cuales pueden suponer un grave peligro para nuestra salud al ser agentes zoonósicos, como los parásitos del género Anasakis.
Sin embargo, la mayoría de estos parásitos, no tiene efecto sobre los consumidores. Si bien, pueden deteriorar la apariencia del pescado, depreciando su valor o provocar mortalidad en sus poblaciones.
Lo anterior cobra mayor sentido cuando nos referimos a peces criados en estanques artificiales. Si bien es cierto que la cría intensiva permite el manejo de altas densidades de animales por unidad de superficie, no es menos evidente que estas prácticas favorecen que con frecuencia se rompa el equilibrio establecido entre patógenos y hospedadores, trayendo como consecuencia la aparición de enfermedades que ocasionan cuantiosas pérdidas, y son muy frecuentes los casos en los que algunos parásitos han diezmado poblaciones enteras en un corto espacio de tiempo.
Destacar también que, en muchas ocasiones, los parásitos que crean graves problemas en las piscifactorías también son patógenos de las poblaciones naturales de los peces de vida libre. Esto es especialmente cierto para Protozoa, Monogenea y Copepoda, ya que los parásitos de estos grupos no necesitan un hospedador intermediario. Por tanto, antes de introducir cualquier tipo de pez en un estanque, charca o río, se han de conocer perfectamente los parásitos que tienen.
La presencia de estos parásitos en productos de la pesca y de la acuicultura es un hecho inevitable que difícilmente puede controlar el hombre debido a que cohabitan en el mismo medio. Por lo que implementar medidas de control y bioseguridad se ha convertido en una herramienta indispensable para conseguir un buen estado sanitario de la población acuícola, con el fin de lograr una reducción de las enfermedades y un aumento del bienestar de los animales acuáticos.
Precisamente para ello, en este artículo les presentamos a uno de los menos conocidos pero más habituales: Dactylogyrus (D.); un parásito, perteneciente a la Subclase Monogenea, que es altamente específico de peces de agua dulce y se encuentra en las branquias de estos (Dove y Ernst 1998). Algunas especies como D. solidus y D. vastator son consideradas auténticas lacras en ciprínidos cultivados (Euzeby, 1975).
Características del parásito:
La Subclase Monogenea está constituida por más de 100 familias distribuidas por todo el mundo, encontrándose tanto en peces de agua dulce como salada y en una amplia variedad de temperaturas. Prácticamente todos son parásitos externos (ectoparásitos) de peces, y pocas especies son endoparásitos; algunos infectan anfibios y calamares, y una especie coloniza al hipopótamo (Buchmann y Bresciani, 2006). Dentro de Monogenea, se encuadra Dactylogyrus spp., un trematodo que afecta a la mayoría de especies de ciprínidos de agua dulce, particularmente carpines y carpas comunes (Tabla1).
Dactylogyrus spp. | ||
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Filo | Platelmintos | |
Clase | Trematoda | |
Subclase | Monogenea | |
Orden | Monopisthocotylea | |
Familia | Dactylogyridae | |
Localización | Agalla o Branquias | |
Hospedadores | Barbus bocagei (Barbo) Carassius carassius (Carpín) Cyprinus carpio (Carpa) Achondrostoma ascasi (Bermejuela) Pseudochondrostoma polylepis (Boga de río) Tribolodon hakonensis (Dace japonés) |
Tabla 1: Filogenia, localización y principales hospedadores de Dactylogyrus spp. Fuente: Guía sobre los principales parásitos presentes en productos pesqueros: técnicas de estudio e identificación.
Foto 1. Imagen al microscopio del órgano de fijación posterior denominado haptor u opistohaptor.
Son gusanos aplanados dorsoventralmente, asegmentados, de simetría bilateral y miden 0,4 a 0,8 cm de longitud. A diferencia de otros platelmintos, poseen un órgano de fijación posterior denominado haptor u opistohaptor que está armado con ganchos y ventosas que les permiten fijarse al hospedador mientras se alimentan (Foto 1). En la parte anterior del cuerpo, se presentan las manchas oculares u ocelos, las glándulas cefálicas, que producen sustancias de naturaleza adhesiva, y la boca. (Foto 2). Dactylogyrus spp. prefiere adherirse a las branquias de los peces, los adultos son hermafroditas y producen huevos (ovíparos).
Foto 2. Imagen microscópica de Dactylogyrus con las 4 manchas oculares u ocelos en la parte anterior del cuerpo, característica distintiva de este género.
Los huevos, que diseminan en el entorno, una vez han madurado, producen una larva ciliada (oncomiracidio) capaz de nadar y buscar un nuevo hospedador, requiriendo únicamente de un hospedador para completar su ciclo de vida integro. Lo anterior explica el porqué los parásitos encuentran mayores facilidades y oportunidades de desarrollo en estanques sobrepoblados.
El tiempo requerido para la maduración de huevo a individuo adulto de Dactylogyrus spp. depende de la temperatura del agua. En agua con temperaturas de 22-23ºC solamente requieren algunos días para completar su ciclo de vida, mientras que en agua con temperaturas de 1-2ºC, este tiempo se prolonga hasta 5-6 meses.
Simón Vicente y col., (1975) estudiaron las branquias de seis especies de ciprinidos de la cuenca del río Duero identificando y describiendo 8 especies de Dactylogyrus.
Igualmente en otro estudio realizado por González Lanza (1981) en el río Esla (León), mostró que las especies de Dactylogyrus más comunes fueron: D. extensus, con una prevalencia del 65,7% en carpa y del 15,7% en carpín, localización preferentemente en la parte externa y media de cada hemibranquia; D. anchoratus, con prevalencias
menores en ambos hospedadores, 18,4% para la carpa y 12,2% para el carpín, localizándose preferentemente en la parte interna de la hemibranquia; y finalmente D. vastator; que fue hallado únicamente en el carpín con una prevalencia del 5,2%, y siempre localizado sobre el extremo de la parte externa de los filamentos branquiales.
Efectos que provoca en los peces:
Los peces adultos normalmente tienden a tener algunos Dactylogyrus spp., y esta población menor es considerada, medianamente problemático, pero no una emergencia inmediata. Los alevines y los peces jóvenes, sin embargo, son algunas veces devastados por una epidemia de Dactylogyrus spp., y a veces una generación entera se pierde, justo cuando han comenzado a crecer.
Dactylogyrus spp. es considerado, en multitud de ocasiones, responsable del incremento de las mortalidades por acción directa o por ser iniciadores de otros procesos infecciosos como bacteriosis y parasitosis (Figueira y Ceccarelli, 1991).
Estos parásitos ocasionan daños principalmente en branquias, irritación, hemorragias; así como erosión del tejido branquial y mucosidad excesiva. Los peces parasitados presentan necrosis y heridas sangrantes en branquias que servirán como puerta de entrada a diferentes protozoos y bacterias patógenas de muy difícil control. Por otra parte, los peces parasitados son más susceptibles a la depredación (Flores-Crespo y Flores, 1993).
Los síntomas no son visibles en una primera etapa de la infectación, los peces afectados se encuentran aletargados, buscan las orillas de charcas y estanques, se frotan en las orillas de los estanques con movimientos rápidos y repentinos y su apetito disminuye. Cuando los parásitos son numerosos o en procesos avanzados se puede observar un engrosamiento de los bordes branquiales, uno o los dos opérculos suelen estar levantados y se encuentran boqueando cerca de la superficie (Foto 3). Los parásitos destruyen el epitelio branquial y, mediante la lesión de los vasos sanguíneos, reduce la actividad respiratoria y al final causa la muerte por asfixia de los peces.
Foto 3. En parasitaciones masivas los peces pueden aparecer boqueando en la superficie como consecuencia de la dificultad para respirar.
Cómo reconocerlo:
El diagnóstico clínico se fundamenta en los signos que muestran los peces afectados. Por su parte, para su identificación en el laboratorio, se efectúan cortes de varios filamentos branquiales, colocándose las muestras bajo un cubreobjetos con una gota de agua y observando al microscopio la muestra, a 20-40 aumentos. En algunos casos, los peces muertos no son una buena opción para realizar esta prueba, ya que hay especies de Dactylogyrus que suelen abandonar rápidamente los cadáveres. Por otro lado, el material conservado tampoco es adecuado en todos los casos, por lo que es conveniente hacerlo con peces vivos. Cuando las infecciones son intensas, los parásitos se pueden ver a simple vista, por los movimientos que efectúan.
Medidas de control:
La forma más eficaz de controlar este proceso es a través de la instauración de unas medidas de control básica; para ello, debemos abastecer los estanques con agua limpia, evitando el uso de agua que pueda llevar larvas de parásitos e impedir el ingreso de peces que puedan ser portadores de enfermedades y/o parásitos. Es muy recomendable, igualmente, separar a los peces en grupos por edades para prevenir el contagio de enfermedades entre una generación y otra.
Al realizar cualquier tratamiento, se debe tener presente las características fisicoquímicas del agua (temperatura, concentración de oxígeno disuelto, dureza, amoníaco y pH), puesto que la efectividad de los fármacos está condicionada por la calidad de ésta.
Para el control de los parásitos, se emplean varios productos, mediante baños de inmersión cortos o permanentes, debiendo en ambos casos tener cuidado de repetir el tratamiento dos o tres veces, con un intervalo de 2-5 días, para eliminar la totalidad de parásitos que eclosionan gradualmente. Los peces deben ser tratados en recipientes especiales, que no reaccionen con los fármacos, evitando así que se desencadenen compuestos tóxicos.
Los baños cortos de 30 minutos, en solución de formalina al 33% y concentraciones de 20-25 ml en 100 l de agua, ofrecen buenos resultados en el control de Dactylogyrus y Gyrodactylos (Flores-Crespo y col., 1995). Molnar (1995) igualmente comprobó que una solución de verde de malaquita a una concentración de 0,5 a 10 mg/l de agua proporciona excelentes resultados en el control de Dactylogyrus que además es un antiséptico moderado que es tolerado por los peces, sin causarles manifestaciones patológicas (Flores-Crespo y col., 1995). En ocasiones se recomienda ayunar a los animales antes del tratamiento, lo que reduce el consumo de oxígeno y la producción de amoníaco. En tiempo cálido, el tratamiento deberá realizarse a la hora del día en la cual la temperatura del agua es la menor.
Se recomienda llevar a cabo una prueba con un pequeño grupo de peces antes de realizar el tratamiento general bajo las mismas condiciones. Se recomienda un período de espera de 12 a 24 horas antes de realizar el tratamiento del total a fin de detectar signos de estrés en los peces. Es vital que alguien se encargue de verificar los cálculos de las dosis del tratamiento, debiéndose registrar los detalles y resultados del tratamiento al igual que con los otros procedimientos de piscicultura.
Bibliografía:
Buchmann K, Bresciani J. (2006). Monogenea (Phylum Platyhelminthes), en P.T.K. Woo (ed.), Fish diseases and disorders, Volume 1:Protozoan and Metazoan infections. CAB International, Wallingford, 297-344.
Dove DMA, Ernst I. (1998) Concurrent invades-faur exotic species of monogenea now established on exotic freshwater fishes in Australia. Int. J. Parasitol. 28: 1755-64.
Euzeby J. (1975). Les maladies verminouses des animaux domestiques et leus incidences sur la pathologie humaine. Editions Vigot Frères, Paris, 855 Figueira LB, Ceccarelli S. (1991) Observações sobre a presença de ectoparasitos em pisciculturas tropicais do interior (CEPTA e Região). Bol. Téc. CEPTA, 4: 57-65.
Flores-Crespo J, Flores CR, Ibarra VF, Vera MY, Vásquez PC (1995) Evaluación de Quimioterapéuticos contra la Ciclidogiriasis de la Tilapia (Oreochromus hornorum) en México. Rev Lat de Microbiol 37:179-87. Flores-Crespo J, Flores CR (1993) Principales Trematodos y Cestodos de importancia
económica en acuicultura. En: Tópicos de parasitología animal cestodos y trematodos.
Universidad Nacional Autónoma del Estado de Morelos II: 13-36.
González Lanza, M. C. (1981). Estudios sobre Monogenea de Cyprinidae del río Esla. Tesis Doctoral. Universidad de León, León, Spain, 459.
Molnar K (1995) Effect of exposure to malachite green solution on common carp fry with Dactylogyrus vastator (Monogenea) infection. Acta Vet. Hung. 43(2-3): 277-86.
Simón-Vicente F, Famajo Martín V, Encinas Grandes A. (1975) Dactylogyrus spp. (Trematoda. Monogenea) de peces de la cuenca del río Duero. Revista Ibérica de Parasitología, 35: 25-40.
Foto. DESVEDA