Apenas ha pasado un año desde que se aprobara la nueva Ley de Caza en Euskadi y aún siguen levantando ampollas varios de sus puntos, máxime cuando esta temporada que acaba de finalizar ha sido la primera en la que se ha aplicado en nuestro territorio. Las cosas cambiaron bastante aquel 17 de marzo de 2011 para el sector cinegético de Euskadi, y es que lo que en principio tenía visos de convertirse en algo fatídico e incomprensible para los cazadores vascos, acabó en una ley más restrictiva que la que teníamos anteriormente, pero así y todo mucho más suavizada que la que nos quisieron meter con el anteproyecto de ley presentado, en el que se veían reflejados los fatídicos 250 metros iniciales de distancia de seguridad que hubieran supuesto el cese de la actividad cinegética en la mayor parte de nuestros montes.
Mucho tuvieron que sudar algunos de nuestros representantes, con Adecap a la cabeza, que dieron la vuelta a la tortilla y consiguieron con los apoyos políticos mayoritarios, enderezar una situación que parecía abocada a la tragedia y, entre otras cosas, rebajar las distancias de seguridad hasta los 100 metros. Por lo demás, a los cazadores de a pie la ley no nos ha ayudado demasiado, hemos visto reducidas nuestras posibilidades para poder practicar la caza, sobre todo en aquellas zonas llenas de baserris, chalets plantados en medio del monte y de granjas, así como las distancias de seguridad a guardar actualmente ante caminos. También es cierto que la mayoría de cazadores que conozco se han reciclado y han sabido adaptarse a una nueva legislación que aún tiene muchos aspectos por mejorar. Cosas como la declaración de los días de fortuna o los cierres de la caza por parte de las administraciones siguen siendo términos demasiado ambiguos que muchos cazadores aún no entienden y consideran injustos.
Además, seguimos sin ver un nuevo libro para todos esos jóvenes que quieran sacarse la licencia de caza de este año, ya que el que están estudiando actualmente está obsoleto y no incluye la Ley de Caza aprobada el año pasado. Eso sí, las sanciones derivadas de esta ley se aplican desde el primer día de entrada en vigor de la misma, algo que la verdad cuesta mucho de entender. Esperemos que la señora consejera tenga a bien aceptar las solicitudes de Adecap y, entre otras cosas, adelantar el examen del cazador a agosto, de manera que los cazadores noveles no se pierdan parte de la temporada.