Después de un mes de abril en el que parece que algo ha llovido, no mucho??? pero algo sí, (de ahí quizá esa posible mutación por la cual, en vez de pelo nos estaban saliendo escamas)???. parece que ha llegado algo de sol y menos viento para poder realizar unos lances.
Esta es la época de las oportunidades (como los 8 días de oro de El Corte Inglés), tenemos las sepias en los arenales desovando y atacando a todo lo que se mueve, la visita de los txitxarros de invierno (eso sí, con menos grasa y un poco más secos en la mesa), la afluencia de serruchos persiguiendo a la carnada al igual que un montón de pelágicos en masa que vienen siguiéndola a ella??? ¿a quién? Pues sí, a ella, la antxoa??? la reina de mayo. Para nosotros, los de la caña, la antxoa no es que nos dé tardes de gloria pero al menos nos trae más vida y depredadores a la costa.
Tras unas cuantas salidas, en la primera semana y tras coger suficientes txitxarros, ahora toca sacar algo de más porte, y para ello qué mejor que entrenar con los serruchos que, sin ser enormes, rondan los dos kilos y vienen de nadar un montón de millas por lo que están en plenitud de facultades para ofrecernos una gran lucha, un cuerpo a cuerpo sin compasión poniendo al límite muchas veces las habilidades del pescador ya que se trata de un animal enormemente combativo y peleón máxime cuando se percata de nuestra presencia.
Para tentar a estos locos de los colores rojos y dorados no es necesario un gran equipo con unas cañitas de 12lb, o de spining heavy y unos hilos sin ser desproporcionados, ya estamos preparados para darles guerra y disfrutar mutuamente, como señuelo podemos ofrecerles minnows y paseantes o incluso vinilos y jigs, pero para mí lo que mejor funciona son los minnows que profundizan sobre 1/2m y son de colores vivos.
La otra parte complicada del trabajo es la localización que bien suele ser en los bajos si no están en acción o en las pajareras formadas en superficie mientras comen junto con el resto de parientes pelágicos.
Por esto último os recomiendo esta pesca, por divertida, por ser productiva y sobre todo por poder degustar luego la jugosa carne de estos predadores. Por ello no perdáis oportunidad de ir en busca de estos bichos si queréis pasar un buen día de pesca, pero jamás deis por hecho que se ha rendido porque son especialistas en arrancadas finales dignas de un velocista de los 100m.