La pandemia ha traído cambios en todos los ámbitos. También en el mundo animal. Durante el confinamiento, la caza de jabalís y corzo casi desapareció, lo que desembocó en un aumento de la cabaña de ambas especies que, en mayor número y ajenas al virus que acorralaba a los seres humanos, no variaron sus costumbres de desplazamiento.
¿La consecuencia? Un aumento de los accidentes de tráfico. Así, al menos, lo confirman las cifras.
Uno de cada cinco accidentes que tuvieron lugar en Navarra en todo 2021 fueron consecuencia del atropello a un animal en la calzada. De los 4.229 siniestros contabilizados por Policía Foral en todo 2021, 920 se produjeron por atropellos a animales, lo que supone un 21,75%. Se trata de una cifra 1,64 puntos por encima de la de 2020, cuando se computaron 3.520 accidentes, 708 de ellos con animales. La mayor parte de estos atropellos son protagonizados por las especies cinegéticas (animales de caza): jabalí, corzo y ciervo.
En 2021, la Policía Foral contabilizó 708 accidentes de tráfico ocasionados animales. Supone un 27,08% más que el año anterior, cuando se anotaron 554. De ellos, 454 fueron causados por jabalíes (377 en 2020) y 254 por corzos o ciervos (177 en 2020). Un problema cada vez más frecuente en la red de carreteras navarras y que traslada parte de la responsabilidad al sector de la caza, que se ve sobrepasado. «Hay una presión tremenda por intentar controlar la cada vez más extensa población de especies cinegéticas y no lo logramos», cuenta José Ángel Remírez Arana, presidente de la Federación Navarra de Caza.
Las cifras de las que habla son «preocupantes». «Las autoridades tienen registrada una cabaña de entre 40.000 y 45.000 ejemplares de jabalí, cuando debería estar entre 15.000 y 20.000. Con el corzo la sobreproblación no es tanta, pero también existe», detalla Remírez. La pandemia y el confinamiento influyeron en el aumento de los ejemplares de estas especies. «Casi no se cazó, lo que repercutió en el tamaño de la población cinegética; se han reproducido más y también se han movido más para encontrar comida», explica Remírez.
Ahí es donde se halla la causa de los accidentes de tráfico con animales, que se desplazan por dos motivos básicos: buscar alimento y aparearse. «Y lo hacen por su paso natural, por el mismo sitio donde lo han hecho siempre». Las carreteras secundarias y, sobre todo, las que cuentan con trazados más antiguos, son las que concentran la mayor parte de los accidentes con animales en 2021. Destacan, como vías con mayor incide de accidentalidad, la NA-132A Estella- Vitoria, que ha registrado este 2021 46 siniestros con especies cinegéticas frente a los 19 de 2020; y la NA-134 Tudela -Mendavia, que ha contabilizado 40 en 2021 frente a los 34 de 2020. Otras vías con altas tasas de siniestralidad con animales son la NA-135, la NA-121 y la NA-132, las tres con más de 30 accidentes en cada una de ellas.
SANGÜESA, LA ZONA CON MAYOR AUMENTO
La comarca de Sangüesa ha incrementado en un 62,5% este tipo de siniestros, donde se ha pasado de tener 56 atropellos con animales en 2020 a 91 en 2021. Le sigue Tierra Estella, con un 43,48%, donde se computaron 115 siniestros en 2020 y 165 en 2021. En Tudela, los accidentes han aumentado un 33,72%, pasando de 86 a 115; mientras que en la Zona Media (donde se registraron 86 atropellos en 2020 y 110 en 2021) han sufrido un repunte del 27,91%.
En el lado opuesto se encuentran las zonas cubiertas por las comisarías de Elizondo y Alsasua, donde la incidencia de este tipo de accidentes de tráfico ha descendido un 5% en Elizondo –pasa de 33 en 2020 a 24 en 2021- y un 9% en Alsasua –contabilizó 58 en 2020 y 53 en 2021-.
MÁS PRESENCIA DE JABALÍ EN EL SUR Y DE CORZO EN EL NORTE
Los accidentes causados por atropellos a jabalíes (454), además de ser más numerosos que los protagonizados por corzos o ciervos (254), se reparten por todo el territorio de la Comunidad Foral. En la Ribera, la presencia de jabalíes en siniestros supone el 80%, el porcentaje más alto de Navarra. En Tafalla, la cifra alcanza el 77%, mientras que en la comarca de Pamplona se sitúa en torno al 56%. Los accidentes causados por esta especie en Tierra Estella suponen el 52% de los siniestros con animales y en la zona de la Barranca alcanzan el 41%. Finalmente, los atropellos ocasionados en la Zona Norte suman el 16%.
Según explica Remírez, “el jabalí es una especie que se ha extendido por todo el territorio foral. Algunos ejemplares están acomodados en las zonas de regadío, o en la zonas de canal, no por el canal, sino por el cultivo que hay, especialmente maíz. Se da sobre todo en la zona de Tudela o en los sotos de los ríos, con mayor incidencia en aquellos que no están trabajados o cuidados”.
Por su parte, los siniestros provocados por atropellos a corzo o ciervos son más numerosos en la Zona Norte, donde protagonizan el 84% de estos. Le sigue la zona de la Barranca, donde los accidentes suman el 59%. En Tierra Estella (48%) y la comarca de Pamplona (44%) el corzo tiene una presencia más similar a la del jabalí en las estadísticas de accidentes, mientras que en la Zona Media (33%) y en la Ribera es menos significativa (20%).
Una ‘gracia’ que sale cara, apunte de Nacho Calvo
La gran señal que ilustra estas páginas no solo se encuentra en el papel de Diario de Navarra, también se puede ver por las carreteras navarras y de todo el mundo. Sea sincero. ¿Cuántas veces ha reducido la velocidad o ha puesto todos los sentidos sobre ese tramo de carretera? Pues seguramente la respuesta es nunca, salvo que sea vecino de la zona o que en alguna ocasión se le haya cruzado un jabalí o un corzo. Esta falta de atención puede salirle cara, hablando tan sólo en términos materiales y sin entrar en riesgos vitales. Como bien se explica en esta información todo corre a cuenta del conductor, salvo en las excepciones reseñadas. Y aquí llega la segunda oportunidad para poner en alerta todos los sentidos, dado que si no se recaban bien las circunstancias del suceso, se escapa la opción de que pague el verdadero responsable.
Fuente. Diario de Navarra
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