Las afecciones generadas por los incendios que están asolando a numerosas zonas rurales de la península ibérica, constituyen un enorme peligro para el medio ambiente pero también para quienes viven de la agricultura o la ganadería, que se ven afectadas directamente por estos siniestros, producidos en algunos casos por los seres humanos de forma voluntaria o involuntaria, y en otros, por los fenómenos meteorológicos.
Al parecer, fueron precisamente los rayos de una tormenta seca en medio de unos días de temperaturas extremas, aderezadas con rachas de vientos de 70 kilómetros por hora y con terrenos de muy baja humedad, los que provocaron y extendieron el fuego que comenzó el 15 de junio en Ferreras de Abajo y que se diseminó por toda la Sierra de la Culebra, en el noroeste de Zamora.
El balance oficial que afectó a uno de los 52 espacio naturales españoles declarados Reserva de la Biosfera por la UNESCO, habla de 24.737,95 hectáreas arrasadas por el fuego, de una superficie total de 65.891 hectáreas. El siniestro calcinó campos de cereal y naves con ganado doméstico, “pero por los campos también se veían muchos animales calcinados y habrá que elaborar un censo con todos los animales muertos”, según destaca el presidente de la Federación de Caza de Castilla y León, Santiago Iturmendi.
El siniestro también ha tenido una gran incidencia en importantes recursos turísticos de la zona como son las ocho manadas de lobo ibérico, que tiene en esa zona el refugio más importante de toda la península, además de perjudicar a más de medio centenar de especies de vertebrados o a una veintena de hábitats de alto valor ecológico.
Ante semejante destrozo, la Federación de Caza de Castilla y León se puso manos a la obra en un intento de colaborar en la recuperación del entorno y de la fauna afectada y con ese objetivo “entregamos dos camiones, uno con 21.000 kilos de forraje de avena y el otro con un peso similar de paja, a la directora del Centro Forestal de Villardeciervos y al alcalde del municipio de Otero de Bodas”, recuerda Iturmendi.
Marea solidaria
La decisión de poner en marcha la marea naranja solidaria que forma el colectivo de cazadores, surgió el 21 de junio, seis días después de declararse el incendio, en el seno de la Asamblea General de la federación. Iturmendi señala que “realicé la propuesta de ayudar a las sociedades de cazadores de la zona ante los miembros de la asamblea y se aprobó por unanimidad”. Aunque la distribución de la entrega se realiza en base al criterio de la directora de la Reserva, “también los ganaderos de la zona se verán beneficiados porque algunos de ellos se han quedado sin nada, ya que se han quemado algunas naves en las que había almacenado el heno para el ganado”.
“Fue una decisión puntual, pero sigue existiendo una gran escasez de forraje, que además está muy caro”, sostiene el presidente de la federación territorial, que estuvo acompañado en el acto de entrega por el presidente de la Real Federación Española de Caza (RFEC), Manuel Gallardo, el delegado de Zamora, José Antonio Prada, y directivos de la entidad. Además, los asistentes trasladaron el apoyo solidario de todos los cazadores federados ante una situación de catástrofe para la zona.
Recuperación
Tras hacer entrega de los 42.000 kilos de paja y de forraje, Iturmendi subrayó que “tiene que quedar muy claro que fueron los cazadores quienes costearon ese gasto, porque el dinero de la Federación es dinero de todos ellos. No se ha hecho ninguna aportación extraordinaria, sino que hemos realizado un esfuerzo con cargo al presupuesto anual”. Además, dejó la puerta abierta “a otras medidas que hasta final de este año adoptemos a propuesta de la Dirección General del Patrimonio Natural que nos dará indicaciones de la forma en la que podamos colaborar”.
Esta iniciativa desarrollada en la Sierra de la Culebra, que demuestra el principio de solidaridad real de los cazadores “y no de boquilla, como hacen algunos desde el sillón de su casa enviando telegramas de apoyo a bomberos y brigadistas”, se enmarca entre otras actuaciones que pueden acometerse “desde las instituciones públicas para que, entre todos, podamos lograr cuanto antes la recuperación medio ambiental, faunística y económico-social de la Sierra de la Culebra”.
Ante la proliferación de incendios que han arrasado grandes extensiones de diferentes zonas de Castilla y León, Iturmendi recogía las declaraciones del director del Medio Natural, que contabilizaba “desde mediados de junio hasta mediados de julio, en torno a unos 200 incendios” en esa comunidad, “y aunque algunos se han apagado al poco de iniciarse, en otros casos han adquirido dimensiones extraordinarias.
Aunque están dispuestos a ayudar, “en la medida de lo posible, económicamente o colaborando en la realización de censos”, Iturmendi lamenta la proliferación de estos siniestros como el declarado unos días después en la zona de Tábara, “con lo que la provincia de Zamora, que era una auténtica joya de los ecosistemas, tardará mucho tiempo a volver a ser lo que era”.