Nos encontramos ya metidos en el mes de agosto, época de vacaciones para muchos y el inicio del largo parón truchero en nuestra provincia. La temporada este año la podemos calificar como satisfactoria, y el alto número de alevines que se están viendo en las últimas semanas nos hace pensar en un buen año de cría, por lo que podemos ser optimistas de cara al futuro. No obstante, este es un mes muy delicado para nuestros ríos. Son numerosos los peligros que acechan y que pueden dar al traste con todas nuestras esperanzas.
Uno de los más problemáticos es la cuestión de los vertidos. Verano tras verano, la misma situación se repite, y siempre hay alguna obra, fábrica, piscina… que decide hacer ???limpieza??? y vierte sin miramientos (en algunos casos, involuntariamente o por desconocimiento) todo tipo de sustancias tóxicas para la vida de nuestros ríos, que debido a la poca agua que arrastran por estas fechas son mucho más sensibles a las alteraciones.
Desgraciadamente, en los últimos años se han producido vertidos de consecuencias devastadoras, como las grandes mortandades de peces en los ríos Oñate y Urumea en 2009, Urola y Oria en 2010, y de nuevo el Urola y el Deba en 2011. Tristísimo.
Otro tema peliagudo es el de los caudales, pues es ridícula la cantidad de agua que llevan muchos ríos en el periodo estival, consecuencia de la abusiva extracción para regadíos, minicentrales, etc. Y creo que no hace falta recordar que sin agua no hay vida y que ésta es necesaria durante todos los días del año. Da muchísima pena pasear durante este mes por algunos tramos de ríos como el Ega, Bayas, Zaia, Artixa… que a duras penas mantienen un hilo de agua o se secan.
Por último, conviene señalar que agosto es un mes en el que mucha gente está de vacaciones, incluidos los furtivos. Y ahora que ya no hay pescadores en los ríos, a éstos les es mucho más fácil colocar fondos, verter lejía, etc.
Considero que se debería valorar la posibilidad de alargar la temporada un mes en la modalidad ???sin muerte??? en todos los ríos, aunque solo fuera para tener los cauces un poco más vigilados. Porque, seamos serios, la guardería en nuestras aguas brilla por su ausencia. Además, se compensaría un poco el sistemático atraso que viene sufriendo el día de la apertura. Que nadie olvide que nos han robado casi 3 semanas en pocos años.