Sabido es que el lobo, animal inteligente y sanguinario donde los haya, está prohibido cazarlo en España.
Esto supone que sus poblaciones están aumentando descontroladamente, con el agravante que genera para toda clase de animales salvajes como domésticos.
Y no será porque desde hace años no hayamos informado repetidas veces. La rivalidad entre el hombre y el lobe parece comenzar en los albores de la humanidad ya que ambos se disputaron las mimas piezas.
Más tarde el hombre se hizo agricultor y ganadero, lo que lejos de moderar esta amistad se dispuso a explorar una fuente de alimentación abundante fácil de conseguir, como es el ganado doméstico.
Este rencor ha creado numerosos prejuicios en la humanidad que ha visto en este animal la viva representación de la crueldad en todos sus aspectos.
Por lo que hace más de mil años que ha intentado regular sus poblaciones. Así las cosas, ovejas, vacas, perros de cazadores y pastores están siendo comidos por este animal, que no solo se limita a matar uno solo para comérselo, sino que matará todos lo que pueda, dispersando por doquier todo el rebaño y propiciando que algunas mal paren y otras se desbarranquen.
No se cuanto va a aguantar esta prohibición, pero no sería malo que los animalistas que tanto quieren a este animal y han generado esta prohibición, paguen con su dinero todas estas barbaridades.
Veremos lo que aguanta, porque los perros mastines difícilmente van a solucionar el problema, a no ser que a los pastores les autoricen usar la escopeta cuando proceda.