El pasado domingo, jornada electoral, miles de aficionados tanto a la caza como a la pesca nos acercamos hasta las urnas para depositar nuestro voto al igual que otros miles de ciudadanos, y es, que por mucho que desde algunas formaciones políticas se trate de acorralar a los cazadores de Euskadi mediante leyes cada vez más restrictivas, seguimos estando ahí y demostrando que somos importantes en esta sociedad.
De los resultados electorales podemos concluir que, además de por otras acciones que no han gustado en la sociedad guipuzcoana, las medidas anticaza adoptadas por Bildu como fuerza gobernante en la Diputación de Gipuzkoa han resultado ser como un ???boomerang??? que primero golpeó a los cazadores, pero que ahora parece que ha arremetido contra el que dictaminó dichas restricciones. La bajada de votos de esta coalición en Gipuzkoa ha sido importante y, como datos significativos, el bajón considerable, tanto en Donostia como en Pasaia, núcleos en los que Bildu, ostentando la mayoría en sus ayuntamientos, procedió a restringir la actividad cinegética en diversos puntos clave para los cazadores de la zona.
Por otro lado, partidos completamente opuestos a la caza como EQUO o Berdeak no han conseguido representación en el Parlamento Vasco, lo que demuestra una vez más el escaso interés que suscitan este tipo de formaciones entre la ciudadanía.
Sin duda alguna, desde Bildu se valorará dicha postura anticaza ante la pérdida de votos en el territorio, teniendo en cuenta que la Izquierda Abertzale nunca ha mostrado oposición al mundo de la caza, al contrario que el partido Eusko Alkartasuna (EA). Esta formación ha mantenido tradicionalmente una postura muy crítica con los cazadores, intentando siempre reducir la actividad cinegética. En 1991, nuestros mayores se tuvieron que manifestar en Donostia ante las restricciones que se querían imponer en Gipuzkoa en un tiempo en el que la caza estaba gestionada por un político de EA.
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