Friso
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Copia-pega

Copia-pega

Aprovechando este lluvioso puente festivo de diciembre, y dado que ya lo había retrasado en varias ocasiones, me puse a realizar la limpieza de mi trastero. Dicho y hecho. El señor cazador, pasa de ir tras las perdices, a ir tras las «mosillas» de polvo, y de caminar por barro, brezo o boj, a caminar por bolsas, cajas, y poliespan de ese de color blanco que sirve para embalarlo todo y que tiene una facilidad pasmosa para convertirse en bolitas de esas que no se pueden recoger.

Pero mira por dónde que oculta tras dos tiestos, regalo de mi querida suegra, unas maderas que sobraron de la obra de la cocina, y un triciclo (que debió entrar él solo allí, porque no tengo niños), apareció una enorme y misteriosa caja marrón, cerrada y polvorienta, la cual, pensé,  me vendría de maravilla como improvisado contenedor temporal.

Al moverla, y por su notable peso, intuí que no estaba vacía, y, sinceramente, hay pocas cosas que me causen más intriga e ilusión que una caja cerrada y olvidada, más que nada por el misterio que entraña su contenido. ¡Sorpresa! (y en mala hora…) la dichosa caja guardaba un montón de revistas de caza de cuando el que escribe era chaval (unos días después de la extinción de los dinosaurios, pues ya llego a  la cuarentena casi), con lo que mi imaginación voló nostálgica y simpática a los años en los que las compré. Ya me veía vestido con mi chaleco de camuflaje (camuflaje a tope, ¡forever!), mi Suzuki Vitara de cuarta mano con cuatro accidentes (tuneado para la caza, sin los asientos traseros, para tener maletero para llevar al perro, ¡que viajaba mejor que yo!), mi pequeño Epagneul Breton «Jeff».

Lo dicho, que procedí con interés a examinar aquel tesoro con más detenimiento y así tener una disculpa para posponer un año más las labores de limpieza del dichoso trastero. Por cierto, el triciclo, resultó, cómodo y resistente después de todo, como improvisado sofá.

Tras un repaso general y ser consciente de que me acordaba de todo, y ya sin la inocencia y facilidad para la sorpresa de mis tiempos mozos, transformada en prudencia, desconfianza, crítica y un poco de sana «mala leche» a lo largo de la vida, me propuse hacer «periodismo de investigación». ¿Qué pasaría si comparo las ediciones de meses parejos en diferentes años? Está claro que en nuestra afición hay meses claves como agosto (media veda) y octubre (apertura de la general) que por su importancia cinegética  es obligado hablar de ciertos temas pero… ¿habría muchas similitudes?

¡Tate!, y risas… resultado del experimento: «copia-pega». Los números de julio abarcaban reportajes que se podrían resumir con los titulares siguientes: «¿Cuál es el mejor perro para la codorniz?» ó «10 razas para la media veda» (¿A que os suenan?, ja,ja,ja). Por supuesto que tras leerlos, si haces la lista de pros y contras de cada una de las razas, te quedas igual. Si estabas pensando en adquirir un perro para cazar sólo la codorniz sigues sin tener nada claro cuál de todas las razas es la mejor, ni tan siquiera al menos cuál es la peor, pero… ¡por si tienes alguna duda!, tranquilo que, después de seis hojas de artículo rematan con: «todos los perros de caza son buenos para la codorniz, hay que pensar siempre en individuos y sus aptitudes para la caza» (¡oh my god! ¿y yo pagué 200 pesetas por esta revista durante dos años?. Sí (sniff, sniff)).

Si avanzamos a los números del mes de agosto, los titulares estelares son: «La hora de la codorniz» y «Tras tórtolas y torcaces», (y un momento que ahora nos reímos…). Los números de septiembre se ocupan de hacer balance de la media veda y aquí el titular mas difundido es «¿Qué le pasa a la codorniz?» en alusión a que cada año la cosa va peor (quiero puntualizar que hablo de revistas de hace veinte años, ¡y que ya se quejaban de que no había! así que nadie se sorprenda por las «cacerías» de codorniz que nos pegamos ahora).

Lo más curioso y que llama la atención es que en absolutamente todos los números de agosto se puede leer «se augura una excelente temporada de codorniz» y si entras en las tripas del reportaje te explican cómo ha habido dos polladas, cómo ha llovido cuando tenía que llover, los muestreos hechos en fincas, júpiter alineado con la octava luna de Saturno, un cuñado que tiene un amigo en Valladolid, etc… Pero, y quiero hacer un poco de sangre, ojo a estas dos palabra…»se augura», tipo pitonisa de línea 806, y, pienso, ¿es el mismo equipo de redacción el que escribe en agosto: «se augura una estupenda temporada de codorniz» el que luego en septiembre escribe «mala media veda en cuanto a codorniz se refiere…»? (perplejo me quedo, y me caigo del triciclo). Claro que, luego entras en matices, te lees el artículo y ya se excusan diciendo que: «ha sido una temporada desigual», que en unos cotos han cazado muchas (¡¡¡¿Qué?!!! ¡¡¡¿Donde están!!?? ¡No os los calléis! ¡Saber cuáles son esos cotos es lo que nos interesa de verdad!) y en otros nada (ese ya sé cuál es, en el que cazo yo).

 Y ya sabéis, consecuencia de esto, la típica reflexión (agárrate que hablan los expertos) de por qué no hay codorniz. ¿Explicación más aplaudida?  Los cultivos de regadío de marruecos. Claro, como nadie ha estado ni los ha visto, pues eso debe ser. Yo, en mi completa ignorancia, he probado con el google maps a ver si los veía y, ¡hombre! es cierto que se ve mucho verde en marruecos.

Y digo yo… ¿por qué no hicieron un estudio serio?,  lo cual me lleva a pensar que la abundancia de codorniz de la que se escriba en el mes de agosto o era un copia-pega de esos que se hacen con el Word, motivado por un equipo de redacción que en el mes de agosto estaba con la «caló» y no tenía muchas ganas de aporrear la Olivetti, o bien pudiera ser porque de las diez razas de perros para la media veda, ninguna valía para nada (ahí le has «dao»). ¿Consecuencias de estos artículos?… pues aparte de «calentar» al personal con promesas de una media veda de esas que no te puedes perder, y por las que merece la pena discutir con la parienta cancelando el agosto en Benidorm, sirve para que toda la peña esté como loca cogiendo cotos a la desesperada para no quedarse sin esa extraordinaria campaña que se «augura». Total, para después del primer día de caza, volver a casa cabreado y coger al día siguiente un apartamento en Benidorm, eso sí, ahora ya más caro, zoquete.

No acaba aquí la cosa. Tras la fiebre de la media veda, llegamos al mes grande; octubre. Titulares: ???Tras perdices, liebres y conejos» y con otro clásico… ¡cómo no!, ¿o acaso dudábamos?:  «Diez razas para el conejo, la perdiz y la liebre» que una vez más te saca de toda duda, irónicamente hablando.

Y llega noviembre: «La hora de la becada». Y, adivina… ¿sí?, ¡no!, ¡atento..!; «Los mejores perros para la becada» (¡por dios! ¿otra vez?, entre perro para la codorniz, la becada, el conejo y la perdiz, ¡me faltan razas!) pero bueno, no nos riamos que reconozco que aquí por lo menos se mojan un poco más, y puedes sacar la conclusión de que si quieres cazar la becada debes coger un setter inglés y punto pelota, porque el pointer como pasa frío… (quizás un Samoyedo de esos de trineo mejor, o un san Bernardo con su barrilito de licor al cuello, mejor que con un collar de becadas de esos que imitan el sonido del halcón, «¡chuiiiii!»).

Tras la reflexión sobre la temporada de caza, llegan los meses de transición. Esos en los que la caza menor está cerrada; febrero, marzo, abril y mayo, donde los campeonatos de caza copan los titulares junto con análisis detallados raza a raza de todos los perros de caza (¿¡¡Otra vez?!!), y que se resume así; «Epagneul Breton, el pequeño diablillo francés» (con indirecta para los franceses, claro está, el orgullo nacional, lo primero), «Setter Inglés: El príncipe de los vientos», «Pointer: el rey del llano» (al parecer esto de la nobleza gusta a los lectores), «El braco: carácter alemán» (vamos, topicazo, tipo los vascos noblotes, los catalanes «agarraos»), el típico titular de orgullo nacional sobre la raza: «El perdiguero de burgos y el pachón navarro, grandes de España» (que aquí tienes orgullo y realeza en la misma frase, esto es como un champú «Wash&Go» pero en términos periodísticos) , como si un setter nacido en Amorebieta fuese menos nacional (bueno quizás, sí). Y si de alguna raza no tienen ni idea de qué titular poner, que no «panda el cúnico», fácil, se pone eso de «Weimaraner: El gran desconocido» y así suma y sigue.

Finalmente, el mes de junio es para el podenco: «Podencos: maneto, portugués, canario, andaluz e ibicenco ¿cuál es el mejor?», pues no sé, pido el comodín de la llamada… y el tradicional descaste de conejo y la preocupación por esta especie: «Conejo: ¿llega ya la vacuna?», ¡diez años con la vacuna! ¡por dios! y eso que antes no había recortes en sanidad.  Y claro, para los amantes del tiro: «10 claves para tirar al conejo», titular que se repetirá también en el mes de septiembre con «10 claves para tirar al zorzal y a la paloma» y en Octubre «10 claves para tirar a la perdiz». Que digo yo, a mí, mi abuelo me dio una escopeta y me dijo, esta parte que tiene dos cañones es la parte peligrosa, los cartuchos van aquí, el gatillo aquí y se aprieta cuando quieres disparar, ¡a cazar!

Aun así,  hay que poner las cosas en su contexto histórico. No existía internet. Lugar donde queda guardado todo por siempre jamás, sobre todo aquella foto que te hiciste y que algún amigo no debió subir nunca… incluso eso. Las revistas se perdían, eran condenadas por brujería en las hogueras de San juan, también servían para recoger las caquitas de los perros, como infalible bayeta limpiacristales, como improvisado protector de parabrisas antes de una helada o como windstopper de calidad en el pecho cuando hacías ciclismo y tocaba bajar un puerto de montaña a tumba abierta.

Afortunadamente, hoy, con internet, todo es más ágil. Publicaciones digitales como Desveda nos permiten acceder a contenidos nuevos, viejos y jurásicos en pocos clics, con lo que se convierten en auténticas hemerotecas donde es extremadamente sencillo encontrar lo que queremos (sin tener que habilitar y limpiar un trastero para ello). Además son Wikipedias del conocimiento cinegético donde ya no opina ese redactor o periodista al que invitan a fincas exquisitas y que solo ve cotos de gran categoría por lo que su opinión o conocimiento además de estar prostituido y subvencionado (y por tanto ya no es objetivo) refleja el 2% de la realidad.

Las nuevas plataformas digitales sí que reflejan un sentir, una realidad de un colectivo, pero desmigable hasta la opinión del individuo. Quiero aprovechar este espacio para animar a aquellos que saben, para que escriban, y aquellos que creen saber (¿eh? ¡ese soy yo!) que no se sientan cohibidos ni tengan vergüenza, que habrá gente que opine igual y gente que opine distinto, gente que alague y que critique, pues estos medios mantiene vivos a la gente que escribe, la que opina, la que pasa la voz.

Alegato final. Tras haber quitado el polvo a todas las revistas y ya pensando que era hora de empezar con la limpieza y disolver los piquetes informativos de la escoba y la fregona, he aquí que los astros se conjuraron para evitar dicha limpieza una vez más porque, tras la pila de revistas,… ¡sorpresa!, ¡una colección de DVD´s de caza! (¡horror! ahora sí que ya no hago nada…). Bolsita y para casa, al sillón (el de verdad, no el triciclo), bien calentito y con mi señora en casa de sus padres, para verlo con la tranquilidad que se merece. Pero lo que salió de aquí, igual os lo cuento otro día. Gracias por leer.

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0 Commentarios

  1. DIANA
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    Eres un genio¡ Nos haces empezar el día con una gran sonrisa al recordar «Aquellos maravillosos años de la inocencia», dónde todo lo que leíamos nos parecía verdad. Envía de nuevo a tu mujer a casa de sus padres y escribe la segunda parte NO PODEMOS ESPERAR MAS¡

  2. jama
    0

    ¡Muy bueno MIkel! ¡Cómo me suena lo que has escrito! Lo has bordado.Como dice Patxi, un placer.

  3. Patxi
    0

    Felicidades Mikel Zarobe, Si estubiera en feisbok le daria un me gusta. jajaja, en serio, un placer leer articulos como este.

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Redacción periódico digital Desveda #caza #pesca #tirodeportivo #rural #naturaleza

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