Más de veinte años llevamos denunciando desde este medio la deshumanización que está sufriendo el campo, y salvo esporádicas e intranscendentes medidas administrativas, el veneno sigue imperando por doquier. Primero fueron los derivados del DDT (puro veneno) luego el cianuro potásico (logramos también rebajarlo) y ahora nos toca bregar con fitosanitarios, menos tóxicos pero igualmente letales para la fauna en general. Pesticidas, herbicidas y fungicidas campan por sus reales en manos de unos agricultores que se limitan a expandirlos a falta de otros menos agresivos. Bastante tienen con intentar sacar una mínima rentabilidad a tanta inversión y sacrificio. El caso es que en el campo prima la cosecha en detrimento de la fauna.
No contentos con este despropósito, a los dirigentes políticos se les llena la boca hablando de conservacionismo y de ética cinegética. ¡Pobres incompetentes! Lo único que aportan son campañas de desprestigio contra los cazadores a base de sanciones y restricciones venatorias, en un vano intento de justificar su incapacidad ante la sociedad.
Mientras tanto se mueren las perdices, cómo no se van a morir, si no se desplazan a otro biotopo de donde nacieron. Para intentar paliar esta regresión, una vez más los cazadores han tomado la única medida a su alcance, dejar de cazar. No en vano palizas de 20 y 30 kilómetros en una jornada tras las perdices son insuficientes no ya para colgar una sola perdiz, que no la cuelgan, si no para tan siquiera ver volar a cuatro de ellas.
A tal extremo es el desmadre que incluso ahora que no es época de siembra las perdices se están muriendo en Villalba (La Rioja) según nos comunica Jon Ortiz de Lejarazu responsable de ADECAP GAZTEAK en Álava. Es tan grave el problema a nivel del estado que Teófilo de Luís, cazador y miembro del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso ha formulado varias preguntas a la mesa del Congreso de los Diputados encaminadas a saber las medidas que va a adoptar el Gobierno para mejorar las poblaciones de perdices.
En cuanto a la Licencia ??nica se pretende, sin restar competencias a las distintas comunidades, establecer un único documento que aglutine los trámites administrativos a aquellos cazadores o pescadores que pretendan practicar estas actividades en distintas comunidades.