La temporada de jabalíes y corzos está siendo más que positiva en los montes guipuzcoanos. «Se está matando bastante bien», destaca Santi Maíz, integrante de las cuadrillas Aldaba y Albiztur que rastrean la zona de Tolosaldea. Estos dos equipos han convocado a más medio centenar de cazadores desde septiembre para realizar batidas que van camino de superar unas cifras que el año pasado ya fueron muy altas.
Maíz explica que hasta el momento han capturado 62 jabalíes cuando en febrero de 2013, al finalizar la temporada pasada, lograron la histórica cantidad de 73. «Aún quedan dos meses por delante así que es más que probable que rebasemos esa cifra», apunta. Lo que esta cuadrilla no ha conseguido superar aún son los récords que lograron en 2011 al matar ejemplares que rondaban los 130 kilogramos. «El más grande de este año ha pesado 110», puntualiza sobre un animal que abatieron en Legorreta.
??l mismo ve complicado poder realizar una captura de esas dimensiones en un futuro cercano. «Para que tenga que ese peso tiene que ser un jabalí de unos 10 años o más, y tal y como están las cosas es difícil que aguanten tanto tiempo».
La población de jabalíes ha crecido de forma notable en los montes guipuzcoanos en los últimos tiempos. Pese a este incremento, Maíz prefiere mostrarse cauteloso y reclama medidas para «no acabar arrasando el monte». «Aquí no tenemos ni conejo ni codorniz… solo jabalí y corzo. Y cada vez hay más gente cazando. Algunos iban antes a la becada y ahora se han metido al jabalí. Las cuadrillas son mayores, con más preparativos, incluso llevan perros para poder seguir mejor el rastro, así que hay que poner control para que el día de mañana podamos seguir cazando cerca de casa», advierte.
El debate existe ya entre los cazadores guipuzcoanos. «Algunos creen que habría que dejar la batida cuando matas cinco ó seis, pero otros dicen que no tiene sentido hacer eso si luego van a venir por detrás y se van a llevar las pieza». Maíz, personalmente, es partidario de recortar la temporada. «Al final se hace un poco larga, aunque es verdad que los meses buenos son a partir de noviembre. Con la paloma suele ir menos gente».
Sobre los destrozos que estos animales originan en los cultivos de maíz y hortalizas, Maíz apuesta por llevar a cabo batidas especiales. «A primeros de verano nos llamaron y ya organizamos una salida», señala.
«Un criadero»
Matías Alustiza, de la zona de Goierri, también se muestra satisfecho con la temporada: «Las sensaciones y las expectativas son muy buenas». Sobre todo comparando con 40 años atrás, añade, cuando «solo con que te apareciera un jabalí ya era la leche y matar uno… ¡qué te voy a decir! Ahora esto parece un criadero», reflexiona.
En cierta manera, Alustiza también comparte los temores de Maíz aunque, en su caso, cree que el control se debería llevar en cada zona. «Ir viendo cómo van las cosas y parar si hace falta», comenta. Para explicar esta opinión pone el ejemplo de su comarca. «Aquí, en el Goierri, estamos cercados de carreteras, así que si acabamos con todo no sé de dónde vamos a sacar más. Nosotros lo tenemos que cuidar».
De ahí que prefiera «guardar un poco» para que «a la larga no sea peor». «Antes ya nos pasó -prosigue-. Anduvimos muy bien tres o cuatro años, y el quinto y el sexto nada. La caza si no se cuida se acaba terminando», concluye.