Un buen resumen de la temporada de caza en Gipuzkoa hasta el momento podría ser: no demasiadas alegrías para becaderos y aficionados al pase de la paloma torcaz, y pocas quejas por parte de las cuadrillas que participan en batidas de jabalí.
No corren buenos tiempos para los cazadores guipuzcoanos. Ha pasado el ecuador de la campaña –el pase finaliza el 31 de enero; las sordas, el 16 de febrero, y el jabalí, el último sábado de febrero- y el balance no es tan positivo como hubiera gustado.
Rufino Eizmendi, representante de la asociación Adecap en Gipuzkoa, mantiene mucho contacto con los cazadores al regentar una armería en Villabona. Su análisis tiene mucho que ver con la climatología. “Necesitamos escarcha. Que llegue el viento norte. Si no aprieta más el frío, la temporada va a ser mala”.
Con esta última afirmación se refiere a la ausencia de becadas en Gipuzkoa. “Tenemos que hacerlas migrar desde Francia, pero si allí tampoco hace frío…”. Coincidiendo con el Campeonato de Gipuzkoa sí hubo una buena entrada de sordas que permitió capturar once en esa competición. Sin embargo, semanas después, mientras se decidía el título de Euskadi, únicamente se pudo abatir una. De hecho, este ejemplar dio al tolosarra José Luis Urkola la txapela, mientras que los otros dos puestos se tuvieron que dirimir por sorteo.
ANDAR y ANDAR.
“Es verdad que se vieron algunas por esas fechas, pero no ha habido ninguna entrada fuerte. La temporada está siendo bastante más floja que el año pasado”, insiste Eizmendi. “A base de andar y andar, con un perro bueno y si conoces el terreno, algo. De no ser así –concluye el armero-, a pasear la escopeta”.
Los datos que maneja sobre el pase tampoco son buenos, aunque en algunos casos mejoran los de 2013. “En la costa sí que no ha habido nada, pero en algunos puestos del interior de Gipuzkoa han podido divertirse más”. Eizmendi añade que también se han hecho algunas perchas de malvices –“durante dos o tres días”- pero se han visto pocos alirrojos.
El que se expresa más satisfecho es Santi Maíz, integrante de las cuadrillas que rastrean la zona de Tolosaldea y que el año pasado lograron varios récords con los jabalíes que capturaron. “No nos podemos quejar. Aun así, hay gente que la última campaña se acostumbró demasiado bien y echa en falta, pero la realidad es andamos parecido”.
MAL TIEMPO.
Maíz echa en falta el mal tiempo porque, con nieve, el jabalí baja de los montes. También le interesa que la lluvia endurezca las condiciones, aunque “tiene que parar el fin de semana para que el agua no borre el rastro”.
De lo que sí está convencido es de que la presencia del animal está más repartida este año “porque tiene comida por todos los sitios. El año pasado quizá tuvo más por nuestra zona, pero esta vez no”.
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