La Reserva
Regional de Mampodre
recupera las poblaciones de
rebeco después de los
rebrotes de sarna que
sufrió la especie
durante la pasada
temporada, unos casos que
el director de la reserva,
Juan Carlos Peral,
calificó ayer de
«puntuales».&nb
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Por ello, la junta
consultiva de la reserva ,
reunida ayer con la presencia
del delegado territorial de la
Junta, Guillermo
García,
decidió incrementar
el número de
permisos de caza para esta
especie, que ya está
recuperando la
normalidad.
En la reunión se
fijaron los planes de caza
para la nueva temporada
2015-2016, en la que se
concederán 186
permisos de caza y la
realización de 78
cacerías colectivas.
En este último caso,
39 serán de caza
menor y 38
corresponderán a
batidas de jabalí,
según informó
ayer la Delegación
Territorial de la Junta en una
nota de prensa. En la
Reserva de Mampodre
están integrados los
cazaderos de las localidades
de Isoba, Cofiñal,
Solle, Redipollos, Lillo,
Maraña y
Valdelugueros, localidades
para las que la caza
«genera riqueza,
puestos de trabajo e
importantes posibilidades de
desarrollo
turístico»,
según
señaló ayer
García. El delegado
insistió en la
necesidad de trabajar
«al máximo,
cada uno desde su
ámbito de
responsabilidad por mantener
este importante recurso de la
caza».
El próximo
martes día 27 se
celebrará la
reunión de la junta
consultiva de la Reserva de
Caza de Riaño, la
tercera con la que cuenta la
provincia de León
junto con Ancares, que
también
celebró ayer su junta
consultiva.
En los últimos
años, los ingresos de
la caza han bajado
principalmente por el brote
de la sarna y por la
presión ganadera.
Estas dos circunstancias han
afectado muy especialmente
a la cabra en Anciles.
Con el nuevo sistema de
gestión de las
reservas diseñado por
la Junta, que entró
en vigor el año
pasado, serán los
propietarios de los terrenos,
es decir, ayuntamientos y
juntas vecinales, los que fijen
el precio mínimo de
los permisos a cobrar a los
cazadores vecinos. Las
cuotas de entrada desaparece
y se anulan los precios de las
cacerías, por lo que
se establece
un precio índice
sobre el cual los cazadores
deberán pagar el
15% destinado al fondo de
gestión de la reserva.
Los precios son cerrados, lo
que supone que desaparece
la cuota complementaria y se
incluye la posibilidad de
cazar el lobo que hasta ahora
no se incluía.