La
Diputación
acordó la
semana pasada
prohibir la caza en
Gipuzkoa al entender
que «las severas
condiciones
meteorológica
s provocan la
disminución
de la capacidad de
defensa y
supervivencia de las
especies silvestres».
La actividad
cinegética no
se pudo reanudar
hasta el martes. La
decisión ha
generado cierta
polémica al
considerar un buen
número de
cazadores que ni las
condiciones
climatológicas
fueron tan adversas
ni había una
concentración
«excesiva» de aves.
«Me parece
que fue una medida
innecesaria», apunta
el oriotarra Josu
Larrarte, «porque el
temporal sí
afectó a otras
provincias de forma
más dura,
pero no tanto a
Gipuzkoa. La mitad
de la superficie no
estaba nevada, desde
luego», añade
el cazador,
refiriéndose a
la normativa que
establece
cuándo se
debe prohibir la caza
en un territorio.
Las
críticas
también han
arreciado por la
«unilateralidad» de la
medida, que se
adoptó sin
consultar a los
colectivos de
cazadores, aunque
hay quien apunta que
la Ley vasca de Caza
permite que sea
así. En lo que
todos los aficionados
consultados por este
medio coinciden en
que apenas
había aves. La
temporada de caza
de becadas concluye
el domingo y «si sales
con el perro a dar un
paseo te puedes
encontrar con una o
dos, pero poco
más».
Nada que ver
con las olas de
frío que
tuvieron lugar en
2009 y 2011, cuando
la
concentración
de aves fue muy alta
«y ahí
sí que
aprovecharon algunos
energúmenos,
que para nada
considero cazadores,
para disparar a todo
lo que pudieron»,
puntualiza Larrarte.
El temporal
de nieve ha
provocado diferentes
escenarios en otras
autonomías.
En Navarra, en
concreto, la
Federación
habilitó una
partida
presupuestaria para
que las sociedades de
cazadores federadas
que puedan alimentar
a los animales
afectados por las
adversas condiciones
climatológicas.
Cada sociedad puede
obtener un
máximo de
150 euros.
Los
responsables de la
gestión de los
cotos debían
comunicar al
Departamento de
Desarrollo Rural,
Medio Ambiente y
Administración
Local los días
que iban a llevar la
comida y en
qué puntos lo
iban a hacer. La
recomendació
n era que los
alimentos no se
dejaran en puntos
cercanos a las
carreteras para evitar
que la presencia de
un número
mayor de animales
pudiera provocar
accidentes.