Los cazadores
de Els Ports tienen ya el
permiso de la Generalitat
valenciana para abatir los
ejemplares de cabra
hispánica que sufran
la sarna, una
patología que afecta
desde el pasado diciembre a
la población del
parque natural en la zona
catalana, en Tarragona,
donde se han sacrificado al
menos 38 ejemplares.
El delegado de la
Federación de Caza
de la Comunitat en
Castellón,
Iván Sánchez,
informó de que la
Conselleria de Medio
Ambiente ha decidido activar
el protocolo que contempla la
colaboración del
colectivo para el control del
brote, de modo que se halla
en alerta ante eventuales
avistamientos de animales
enfermos en territorio
castellonense pese a que,
según dijo,
“hasta ahora no
tenemos constancia de que
se haya detectado
ningún
caso”.
Se trata de una medida
que, como informó
Mediterráneo,
solicitaban tanto los
cazadores, como los
ganaderos y sus
representantes, por el riesgo
que supone de contagio para
los animales
domésticos, que
comparten los mismos
pastos, y también por
el temor a que la
población de cabras
hispánicas quede
diezmada y hunda la
actividad económica
que supone en Els
Ports.
En cuanto al
procedimiento que
seguirán los
cazadores que avisten un
animal enfermo, desde la
Federación de Caza
informaron de que el
protocolo “permite que
en cualquier coto que tiene la
cabra como especie
cinegética en su plan
técnico pueda abatir
un ejemplar con sarna,
independientemente del
día de la semana y
de la hora”. Cuando
esto ocurra, añadieron
las mismas fuentes,
“los cazadores
llamarán a los
agentes medioambientales,
para que tomen muestras, y
el caso pasaría a la
Conselleria”.
muy contagiosa // La
enfermedad que padecen
estas cabras es una
infección parasitaria
que afecta a los
mamíferos y
está provocada por el
ácaro Sarcoptes
Scabiei. Afecta,
principalmente, a la piel de
los animales
deshidratándola y
formando escamas y
cortezas. Con el tiempo
acaba provocando su
caída y el animal
muere. Es extremadamente
contagiosa: sólo es
necesario un mínimo
contacto con la piel de un
ejemplar infectado o que
compartan alguno de los
lechos para dormir. Por ello,
sólo los animales
extraordinariamente sanos y
genéticamente mejor
dotados tienen posibilidades
de sobrevivir y superarla.