Sorpresa la que se debió de llevar este cazador francés cuando se acercó a ver la pieza que le marcaba la muestra de su pointer de una manera espectacular.
El vídeo lo dice todo. El cazador se recrea en la preciosa muestra de su perro grabandolo hasta que intenta localizar la pieza con la cámara y se encuentra con… ¡una boa! Que no duda en lanzar un mordisco al perro, que ladra lastimado.
¿Quien abandona este tipo de animales en los campos?
Sin duda aquellos que las adquieren como mascotas y cuando son demasiado grandes las abandonan en el campo, desconociendo el daño que pueden hacer a las especies autóctonas y a nuestras mascotas.
Tener una mascota es una tremenda responsabilidad. Hablamos de tener un ser vivo a nuestro cargo, y que todas sus funciones vitales dependan de nosotros. Esta dedicación es mayor cuando hablamos de fauna exótica, dados los requerimientos específicos y particulares que tienen estas especies, que aún no han sido domesticadas por el hombre.
Por desgracia, existe la idea absolutamente errónea por parte de las personas que adquieren animales exóticos en cuanto al cuidado que requieren. Se cree que necesitan menos cuidados que un gato o un perro, y al final terminan abandonándolos en parques e incluso en la basura. De hecho, el cuidado de este tipo de animales es un poco más complejo y más costoso, ya que requiere visitas regulares a un veterinario especializado en animales exóticos, además de su alimentación específica.
Sobre la Boa
La boa constrictor luce una de las marcas más características de todos los reptiles. Según el hábitat en el que quiera camuflarse, su cuerpo puede ser pardo, verde, rojo o amarillo, y luce patrones crípticos formados por líneas irregulares, óvalos, diamantes y círculos.
Las boas son animales constrictores no venenosos que viven en zonas tropicales de América del Sur y Central. Al igual que sus primas, las anacondas, son excelentes nadadoras, pero prefieren permanecer en tierra seca, donde suelen refugiarse en troncos huecos y madrigueras de mamíferos abandonadas.
Bastante más pequeñas que las anacondas, las boas miden hasta cuatro metros y pesan más de 45 kilogramos. Sus mandíbulas tienen una hilera de dientecillos ganchudos para atrapar y sujetar a su presa mientras la rodean con su musculoso cuerpo y aprietan hasta sofocarla. Las boas se alimentan de prácticamente cualquier animal que consigan atrapar, como aves, monos y jabalíes. Sus mandíbulas se pueden estirar ampliamente para tragar presas grandes de una sola pieza.
Cargando...
