ADECAP y las federaciones de Alava y Bizkaia apelan al Gobierno Vasco para acabar con los sabotajes a la caza. Se reunieron ayer con el Viceconsejero de Seguridad del Gobierno vasco, Jesús María Zubiaga, para solicitar información “sobre las actuaciones de la Ertzaintza ante las denuncias de los cazadores y la impunidad de los grupos ecoterroristas”
El malestar generado por los reiterados sabotajes de grupos ecologistas radicales contra instalaciones de caza y de sectores ganaderos, llevó a la Asociación para la Defensa del Cazador y Pescador-ADECAP y a las federaciones de caza de Bizkaia y Araba a enviar el pasado mes de diciembre una carta a la Consejera de Interior, Estefanía Beltrán de Heredia, explicándole la situación e instándole “a que la Ertzaintza actúe contra esta secta que pretende con métodos mafiosos amedrentar a ganaderos, cazadores y pescadores con la mayor de las impunidades”.
Además de esa misiva remitida con la finalidad de poner freno a los sabotajes que sufren estos sectores por parte “grupos ecoterroristas”, ADECAP anunció el 29 de diciembre su disposición a actuar contra ese tipo de colectivos y materializó sus intenciones en la denuncia presentada ante la Ertzaintza a comienzos de este año “con más de 40 folios de pruebas presentados”. Denuncia a la que se sumaron las federaciones de caza de Alava y Bizkaia.
Para exponer de primera mano ante el Gobierno vasco las agresiones sufridas, el presidente de la Federación Alavesa de Caza, Jorge Velasco; el presidente de la Federación Bizkaina de Caza, Javier Barona, y el representante de ADECAP, Juan Antonio Sarasketa, se reunieron ayer con el Viceconsejero de Seguridad del Gobierno vasco, Jesús María Zubiaga.
En esa entrevista solicitaron a Zubiaga “que nos informe sobre las actuaciones de la Ertzaintza ante las denuncias de los cazadores”, así como sobre “la impunidad de estos grupos ecoterroristas ante los sabotajes que realizan y como son tratados sus sabotajes en las redes, anunciando y enalteciendo actuaciones delictivas”, según indicó Sarasketa.
Aunque las agresiones de los grupos animalistas radicales se llevan produciendo desde hace más de una década, los sabotajes se han intensificado durante los últimos meses, tanto en los que afectan a las instalaciones propias de los cazadores como a las que gestionan algunos ganaderos de diversas zonas de Euskadi y de Nafarroa.
Ataques reales
El ataque sufrido por los puestos de la Federación Alavesa de Caza, en el coto situado los Montes Altos de Vitoria el pasado mes de diciembre, es una más de las numerosas actuaciones denunciadas desde los sectores cinegéticos.
En meses anteriores se habían hecho públicos los sabotajes sufridos por una ganadería de Mutriku que suministraba reses para una sokamuturra; las pintadas realizadas en el exterior del Club Taurino de Iruñea o las acciones desarrolladas en instalaciones de caza de diferentes puntos de Euskal Herria como Eskoriartza, Pasaia, Kintoa, Erreniaga o Ermua, de las que se da cuenta en la web del Frente de Liberación Animal (A.L.F.) que reivindicaba esas agresiones.
Las acciones más recientes de las que se da cuenta en esa página asumen las liberaciones de miles de codornices, gallinas, patos, pollos y de otras especies animales; ataques a restaurantes, carnicerías o torres de caza por toda Europa, así como los sabotajes contra diez puestos de caza, cuatro torres y dos cabañas en diferentes puntos de Hego Euskal Herria, llevados a cabo durante la noche del 9 al 10 de febrero pasados y que fueron reivindicados por el A.L.F.
El Museo Guggenheim de Bilbao también fue objeto de los ataques de este tipo de grupos al recibir amenazas proferidas por colectivos animalistas que se oponían a una muestra con animales vivos, al considera que esa exploración de la creación artística en China constituía “maltrato animal”.
Redes sociales
Además de las actuaciones contra los puestos de pase y otros equipamientos que generan “un peligro para la integridad física de cazadores que utilizan ese tipo de instalaciones para la práctica de la actividad cinegética”, los aficionados y ganaderos también han criticado las agresiones e insultos de que son objeto desde las redes sociales.
De hecho, las redes sociales son un soporte en el que se suceden los ataque, los comentarios ofensivos, las amenazas y el ciberacoso hacia cazadores, pescadores, ganaderos y defensores del mundo rural. Su proliferación llevó a la Real Federación Española de Caza a abrir hace un año un email en el que los cazadores podían enviar los insultos y las amenazas que sufrían en ellas. Además de asegurar que ese tipo de actuaciones “no pueden quedar impunes», el presidente de la RFEC, Ángel López Maraver, denunciaba que su origen estaba en el simple hecho de “hacer pública una afición lícita”.
Junto a las diferentes iniciativas desarrolladas desde distintos espectros, y en paralelo a las actuaciones demandadas al Viceconsejero de Seguridad en la reunión de ayer, tanto ADECAP como las dos federaciones de caza han expresado su intención de trabajar “tanto políticamente como jurídicamente” con el fin de acabar con esas actuaciones que grupos autodenominados animalistas llevan a cabo contra la caza, la pesca y el mundo rural en Euskal Herria”.