Las armerías guipuzcoanas afrontan la próxima media veda con inquietud y dudas. Las malas campañas de los últimos años han provocado cierta ansia entre los cazadores que quieren resarcirse de anteriores decepciones. Las armerías Eizmendi, Etxaniz y Palacios aconsejan a la afición a armarse de paciencia y confiar en la suerte. “Al final, no deja de ser una lotería”, coinciden.
Sin novedades reseñables en cuanto a armas y municiones, sí se detecta una clara tendencia desde hace años, “con una clara preferencia por chokes abiertos y perdigón pequeño en calibres 10 y 11. Es lo que usa el 95% de la gente para codorniz”, comenta Oroitz Salaberria, de la armería Etxaniz de Urretxu.
“Por fortuna, los fabricantes han empezado a ofrecer un cartucho específico para esta ave desde hace algún tiempo, que es el más adecuado. Con un cartucho barato con contenedor, tirando a 10 o 15 metros, o fallas o la destrozas”, explica Rufino Eizmendi. “Pero el principal problema para nosotros, en cuanto a ventas, es que los cazadores todavía tienen mucha munición que no utilizó el año pasado, que fue desastroso. Otras campañas tirabas 500 o 700 cartuchos y tenías que reponer, pero ahora primero hay que gastar lo que se tiene en casa”, lamenta.
Donde sí ve novedades Fernando Palacios, desde su armería donostiarra, es en el comportamiento de los aficionados. “Antes se llevaban los mismos cartuchos que usaban en invierno, de 36 gramos o más. Pero ahora el preferido es el de 32 gramos. Con las temperaturas en ascenso se logra una mejor combustión, con menos explosión. Y el impacto y el abatimiento de aves es prácticamente el mismo. De esta forma te duelen menos la cabeza y el hombro y es algo que se agradece con todo lo que se tira en verano”, revela.
Para paloma y tórtola, todavía se ven cartuchos con algo más de carga, “incluso alguno de 36”, dice Eizmendi, “aunque es un poco fuerte, pero todo depende del gusto del consumidor”.
“Cuento chino”
Pero hacerse con el equipamiento idóneo es la parte más sencilla para el aficionado. La gran incógnita de todas las temporadas es si las aves se dignarán a aparecer. “Este año se oye de todo. No es difícil que sea mejor que el año pasado, pero prefiero no echar las campanas al vuelo aunque tengo algo de ilusión”, confía Eizmendi. Salaberria no es tan optimista: “Para este año yo espero más de lo mismo o peor. Hay gente que ya se ha movido por varias zonas y no ha visto ninguna codorniz y eso es muy mala señal, aunque se dice que algún sitio se salvará”.
“Es el cuento chino de todos los años”, matiza Palacios. “Siempre se oye que en ciertas zonas hay un montón y cuando llegas allí ‘donde dije digo, digo Diego’. Pagas unas cantidades ingentes y vuelves con la mitad de lo prometido. En cuanto a codorniz, la media veda es siempre una lotería”.
Pero a las dificultades económicas, agravadas por los altos precios y la crisis, se une la ausencia de aves. Para Salaberria el problema tiene su origen “en la actitud de muchos agricultores, aunque los ecologistas nos echen la culpa a los cazadores. Actualmente las cosechas se quitan muy pronto y se arrasa con todo, no se dejan parcelas con trigo”, denuncia. “Hay leyes que obligan a dejar espacios sin trabajar en función del número de hectáreas, pero no se respetan. Además, se usan muchos pesticidas y las semillas tienen tratamientos químicos. Todo esto perjudica a la codorniz”.
A esto se suman los rumores “de que por la zona de Marruecos las están cazando con redes. Si cogen miles y miles, es complicado que lleguen muchas por aquí”.
Paloma y tórtola
En cuanto a paloma y tórtola, los comentarios son algo más esperanzadores. Eizmendi y Palacios confirman que “por la zona de Madrid y Toledo se han criado muy bien, por lo que dice la gente que ha visitado esas zonas”. Aunque el primero reconoce que “si el día de la verdad sale una tormenta y las aves no aparecen, te has desplazado 500 kilómetros para nada. Todo es cuestión de suerte. Así ha sido y seguirá siendo. Aunque no creo que pueda ser peor que en el 2015 y eso da un poco de aliciente”.
Eizmendi señala que el último año bueno que recuerda “sería hace 5 o 6 temporadas cuando podías colgarte una docena de codornices el día de la apertura. Ahora tienes que consolarte con conseguir dos o tres piezas diciéndote que has pasado el día, pero no compensa haberte desplazado tantos kilómetros. E igualmente hay que pensar en la satisfacción de los perros, que también esperan estos días con ganas”.
Frente a la apertura de la media veda, el principal consejo que pueden ofrecer a los aficionados desde las armerías es “tener paciencia. Si sale otra campaña como la del año pasado habrá que salir para adelante pero deseamos que sea productiva para el colectivo y que los aficionados se lleven una alegría. De momento no queda más que esperar. Esto es así y no hay que darle más vueltas”.
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