Artemisan reivindica la labor de los cazadores como pieza clave en la lucha contra incendios forestales
Los cazadores invierten anualmente 54 millones de euros en mantenimiento y medidas que previenen incendios
Madrid, 29 de mayo de 2020.- La Fundación Artemisan reivindica el papel de los cazadores como pieza clave en la lucha contra incendios forestales, un sector que invierte cada año 54 millones de euros en mantenimiento y adecuación de accesos, pantanos, podas, mejoras del monte, cortafuegos y cortaderos, entre otros, según el Informe de Impacto Socioecónomico de la Caza en España, elaborado por la consultora Deloitte para la Fundación Artemisan.
Nos encontramos ya a las puertas de la época de mayor riesgo de incendios y este año, debido a las fuertes precipitaciones registradas en primavera y a la ralentización de muchos trabajos en los campos y montes debido al Estado de Alarma, consideramos fundamental recordar el imprescindible trabajo del sector cinegético en la prevención y actuación frente a incendios forestales.
Y es que son miles los guardas de coto que en toda España se convierten en agentes activos de prevención y en un primer foco de alerta, con comunicaciones inmediatas a las autoridades, tanto ante el inicio de un incendio forestal, como ante cualquier mala praxis que pueda aumentar el riesgo de que se propague el fuego.
Hay que recordar que el sector de la caza es el principal “agente” privado en cuanto a inversiones de conservación medioambiental de España, y esas inversiones permiten mejorar los accesos a zonas rurales y minimizar el riesgo de incendios a través del cuidado del entorno.
De hecho, no es casualidad que las grandes zonas de caza mayor (Sierra Morena, Montes de Toledo, Serranía de Cádiz…) sean históricamente espacios con pocos incendios forestales, consecuencia de varios factores, entre ellos, un manejo sostenible del espacio, la presencia de los guardas, las torretas de vigilancia, los cortaderos o la red de balsas de agua, entre otros.
Además, hay que resaltar también el papel que tienen especies cinegéticas, especialmente las de caza mayor, que se convierten en auténticas “máquinas desbrozadoras” naturales.
Al trabajo en inversiones y prevención contra incendios, hay que sumar el trabajo que los cazadores realizan una vez que un fuego aparece, tanto apoyando los trabajos de extinción cuando es necesario, como renovando los puntos de agua y comida y distribuyendo alimento para facilitar la recuperación de la población animal afectada.
Por todo ello, insistimos en la importancia de hacer un reconocimiento público al trabajo y compromiso de los cazadores y gestores de los terrenos cinegéticos, al tiempo que animamos a que sigan trabajando y siendo parte fundamental en la lucha contra incendios forestales en España, especialmente en la época estival que ahora se inicia.