No es fácil entender que un partido político pretenda ni más ni menos que acabar con la práctica de la caza, cuando en todos los países del mundo está permitida y considerada. Bien, pues así y todo las cabezas pensantes del partido político Podemos, pretenden sibilinamente por medio de una propuesta de Ley reformar el Código Penal en materia de maltrato a los animales y de paso poco a poco prohibir esta práctica. ¿Y qué conseguirían con esto se preguntarán? Vender una imagen conservacionista entre los urbanitas y captar votos, haciendo ver que son poco menos que los salvadores patrios de la fauna y los discípulos más fervientes de San Francisco de Asís, así como suena. Papo desde luego, no les falta. ¿A quién van a engañar? A los cazadores desde luego no. No sé cuánto van a aguantar a esta gente. En las redes sociales un día si otro también les llaman asesinos, deseando la muerte de ellos y todos los suyos. Cazadores que ante todo son personas con derechos y obligaciones. Derechos que están diciendo conculcados sistemáticamente. Cazadores que tienen anclada en la caza una parte significativa de ocio, de su devenir y, por tanto de su vida, y la vida es para todos, también para los cazadores y sus familias sagrado. Y con la vida de los demás no se juega. Los cazadores han dicho basta, pues se está haciendo política barata y de fachada con su vida, en muchos casos con su medio de vida. Los “políticos” han de saber que la política es algo serio y más cuando se dirime el vivir de cientos de miles de personas, un vivir preñado de tradición y sentir. Todo el mundo que bascula en torno a la caza se ha puesto en pie. Los cazadores han tenido capacidad de encaje, sin duda, pero también que nadie lo dude, capacidad de respuesta y que de seguir así puede aflorar en cualquier momento.