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Aya promueve una Escuela de Tiro que impulse la historia armera

Aya promueve una Escuela de Tiro que impulse la historia armera

La empresa Aguirre y Aranzabal (Aya), una de las más longevas de la ciudad, tiene previsto poner en marcha una Escuela de Tiro con el fin de atraer a nuevos aficionados a este deporte.

La Escuela está previsto que se instale en las instalaciones del Tiro Pichón de Arrate y comenzará a funcionar el día 18 de febrero con sesiones los días 19, 25 y 26 de febrero, en horario de 10 a 12.00 horas, los sábados y los domingos de 11.00 a 13.00 horas.

Con un instructor titulado, campeón de tiro de hélices, los alumnos podrán ejercitarse con una escopeta Aya, cartuchos y platos incluidos.

Aya, fundada en 1915, ha sido toda una superviviente en Eíbar, conocida como la «ciudad armera», y ha sido capaz de soportar todas las crisis posibles.

Fueron sus fundadores Miguel Aguirre y Nicolás Aranzabal, quienes después de estar formándose en Barcelona con el armero alemán Eduardo Schiling, fundaron un taller dedicado a la fabricación de piezas para la producción armera, actividad en auge en Eibar.

El taller de Aguirre y Aranzabal encajaba dentro de la práctica de la producción gremial, donde diferentes especialistas realizaban distintas labores y piezas que luego formaban un arma completa. Contaba con varios clientes, siendo el principal Víctor Sarasqueta.

Sus instalaciones se ubicaron en un pequeño local de la parte baja cerca de la iglesia de los Carmelitas, y contaban con ocho obreros. Se trasladaron posteriormente a la calle Dos de mayo, hoy Toribio Etxebarria, justo en el centro urbano. Durante la I Guerra Mundial incrementaron su producción llegando a más de 20.000 unidades anuales.

La Guerra Civil española, en la que Eibar se mantuvo en línea del frente durante el otoño e invierno de 1936-1937, las instalaciones fueron destruidas. Tras la contienda, en 1938, comenzaron la fabricación de armas completas bajo la marca ‘Aya’, que puso en el mercado una gama de escopetas estándar, en su mayoría paralelas, tanto en pletina corta como en pletina entera, así como escopetas de un tiro.

Durante la II Guerra Mundial aprovecharon que los fabricantes de armas de los países implicados en el conflicto se dedicaron en exclusividad a la fabricación de armas de guerra para introducirse en el nicho de negocio del arma de caza, comenzando a exportar a EE. UU.

A mediados de la década de 1950, en colaboración con los ingleses Andrew y Peter King, se introdujeron en el mercado del Reino Unido. Aya llegó a exportar el 95% de su producción, teniendo como mercados principales EE. UU. e Inglaterra, convirtiéndose, en los años 60 y 70 del siglo XX, en el mayor fabricante de escopetas de Eibar con más de 500 trabajadores y una producción anual de hasta 20.000 armas de fuego.

En la década de los año 80 del siglo XX, auspiciado por el departamento de Industria del Gobierno Vasco, llegó la reconversión del sector armero, para crear en 1985 la empresa Diarm, formada por 21 empresas escopeteras. Se ubicó en el barrio de Itziar, con instalaciones y tecnologías de mecanizado avanzadas en aras de un mayor rendimiento y efectividad. El proyecto fracasó, cerrando Diarm dos años después.

La empresa escopetera ha conseguido salir adelante tras tres años duros con la pandemia y la invasión de Ucrania
En 1988, tras el cierre de Diarm, catorce antiguos trabajadores de Aya decidieron refundar la empresa y recuperar la marca, centrándose en la producción de armas de caza de lujo con el objetivo de fabricar menos pero con mayor calidad.

La nueva empresa mantiene una plantilla de 26 trabajadores altamente especializados en las diferentes partes de la construcción de escopetas y rifles.

Los últimos tres años han sido duros para la empresa familiar: primero, por la pandemia del Covid-19 y, después, por la invasión de Rusia a Ucrania.

Hoy en día, se mantiene en pie gracias al fuerte impacto que ha tenido la venta de sus armas en el mercado británico y en el estadounidense, especialmente en Texas, aunque sus ventas son a todos los países del mundo.

El mercado internacional es la principal fuente de ingresos de esta empresa familiar, con más del 90% de las ventas fuera de España, tal y como explica el CEO cuarta generación de la empresa, Alex Aranzabal, quien cogió las riendas del negocio familiar a partir de 2016, aunque no fue hasta 2018 cuando fue nombrado consejero delegado. «Nos hemos encontrado con dos años de pandemia en los que se paralizaron las ventas y luego con la guerra de Rusia, donde está prohibido la exportación de armas de fuego. Ha sido un golpe duro porque ha habido años en los que el mercado ruso ha supuesto entre un 15% y un 20% de la facturación», explicaba Aranzabal.

Durante sus 108 años, Aya ha conseguido posicionarse como una de las marcas premium dentro del sector de la fabricación de armas gracias a la exclusividad de sus clientes, como el Rey emérito Juan Carlos I, un gran apasionado de la caza, y Fabiola de Mora y Aragón, quien fue reina de Bélgica entre 1960 y 1993. La industria armamentística española cuenta con 372 compañías registradas, entre ellas Aya.

Fuente. DIARIO VASCO

 

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