Becadas, ni tan mal. Tarde ha entrado un pequeño contingente de becadas. En sus lugares de nidificación y cría la nieve y el hielo todavía no han hecho acto de presencia. Todo llegará. Con las palomas acontecerá algo parecido. La pasada semana entraron muchas con billete de ida y vuelta. Y es que los cazadores franceses siguen sin cortar el maíz o bien cebándolas para que no cumbreen el Pirineo y poder así seguir cazándolas. Esto supone que muchos bandos vuelven a sus lugares de origen donde no les falta el sustento. Ni tan mal para los cazadores porque las posibilidades de caza por estos lares son dobles. Así es la caza, cada vez más compleja “penas muchas y gozos pocos; el pan siempre escaso y los hijos a montones” decía un cazador que peinaba canas. Es que es muy difícil prever cuando van a pasar. Antes el 15/8, día de la Virgen era una fecha señalada y ahora están pasando a primeros de noviembre. Los vientos cambiantes para las torcaces son como un teléfono que les indica el lugar y día por donde pasar. Vientos del norte y variantes del mismo con bajas temperaturas en Centro Europa, muy bueno. Si además en noviembre hay borrasca bueno para las becadas. Si al salir la luna aparece un gran círculo rojo sobre un horizonte sereno, niebla al amanecer, malo para la migración. Si al ponerse el sol se tiñen las nubes de color rojizo; es probable fuerte viento al amanecer. Viento del norte con variante noroeste, bueno para la pasa. Por lo general los vientos fríos y secos en otoño son buenos para la pasa y los húmedos malos. El viento sur en la península les obliga a bajar de altura, pero para que inicien el viaje en Centro Europa importa de manera especial el viento de cola norte o noroeste. Esto de los vientos está bien saberlo, pero madrugar un día sí y otro también es la mejor garantía de éxito, porque como bien dice el refrán “cuando menos piensas salta la liebre”. Las que hace falta que hagan acto de presencia en número aceptable son las becadas que se han dejado ver muy poco. Son las hembras jóvenes seguidas de los machos también jóvenes los que inician la migración para en posteriores fases hacerlo los adultos. Las observaciones efectuadas acerca del color de las becadas denotan que es muy viable que tal vez los machos viejos son siempre más oscuros en tanto los ejemplares jóvenes son mas rosados.