En materia de caza los tiempos los marca siempre la Naturaleza con todos los imprevistos que la climatología conlleva: época de nidificación y cría, desarrollo, ejercicio de la caza, veda y vuelta a empezar después de celebrar el Día del Cazador en Dima, al menos en Euskadi. Este año por cierto batiendo el record de asistencia. Algo tendrá el agua cuando la bendicen. Ahora toca abordar la media veda, siempre impredecible por lo que respecta a la codorniz, no tanto para las tórtolas y mucho menos para las abundantes torcaces. En cuanto a la codorniz todos los avistamientos y conteos de los anilladores de Castilla y León son francamente excepcionales.
Las abundantes aguas, siempre agradecidas cuando no arroyan, han generado una cosecha extraordinaria y eso, los animales en general lo agradecen. No en vano también hay abundante vegetación y la humedad del campo supone para la codorniz el mejor hábitat en unos campos de cereal exuberantes con una cosecha tardía, siempre bueno. Esto hará que dispongan de más protección durante la reproducción, retardando los movimientos migratorios antes de la desveda.
Así contado alguien puede relacionar lo que acontece ahora con otros años donde la esperanza se diluye en el momento de la desveda por falta de codornices. No es el caso, este año han concurrido circunstancias especiales y posiblemente se abatan esas codornices que otros años desaparecían para la apertura, a no ser que Julio nos depare un sol de justicia que adelante la cosecha.
Todo parece indicar que vamos a disfrutar de una buena temporada de codornices, porque insisto, en este momento hay codornices como antaño, muchas. Así y todo aquellos que pretendan cazar con cierta garantía de éxito hasta el cierre, bueno será que contraten con los agricultores no retirar la paja de algunas piezas, máxime este año en el que va a abundar y en consecuencia el precio bajará. Esperemos pues que julio vaya normalito y las cosechadoras empiecen a trabajar 15 ó 20 días más tarde de lo normal.
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